El Pan de tu Palabra
Lc 6,6-11

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

En la Biblia el ojo indica la inteligencia, el corazón la voluntad,, la mano la acción. Al curar la enferma del hombre, Jesús le da la capacidad de hacer nuevamente el bien. Comentando este relato san Ambrosio escribe: "El Señor impregna de saludable fruto de buenas obras...". Con este milagro el hombre se restituye a su capacidad originaria de continuar la obra de Dios. En el encuentro con Jesús somos curados del mal para hacer el bien
Jesús ante un enfermo no puede ser indiferente, sino que recurre a todos sus poderes para socorrerlo y curarlo. El principio que guía a Jesús es la ley de la caridad que es superior a cualquier otra ley, también a la del sábado. Según lo que Jesús nos ha enseñado, "el sábado ha sido hecho para el hombre y no el hombre para el sábado" (Mc 2,27) y por tanto el sábado es para el bien del hombre porque lo acerca a Dios y a los hermanos. Por tanto, no sólo Jesús no trasgrede el sábado, sino que es el único que lo observa a ala perfección, porque hace el bien. Sus adversarios, por el contrario, no observan el sábado porque no hacen el bien y, si les fuera posible, impedirían también a Jesús cumplirlo.
En el centro de la vida, de la historia, de la religión y de todo lo que Jesús pone en el hombre, no la ley; el hombre enfermo, el marginado porque no satisface nuestro egoísmo, nos llama al amor nuestro algo raquítico. Cada día de la vida, incluido el domingo cristiano, es querido por Dios para el bien del hombre. No hacer el bien es malo, es un pecado de omisión. La carta de Santiago no deja dudas:" Quien sabe hacer el bien y no lo realiza, comete pecado" (4,17).