El Pan de tu Palabra
Mt 25,1-13

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

La primera impresión que produce la lectura de la parábola de las vírgenes prudentes y necias es un interrogante: ¿qué pasaría si las prudentes hubieran prestado el aceite y todas tuvieran las lámparas encendidas?, ¿castigaría el Buen Dios a las que compartieron el aceite? Si Jesús quisiera decir eso que pensamos a primera vista habría que hablar de una contradicción y constatar inmediatamente que el mismo Jesús nos manda multitud de veces repartir nuestro aceite.
La conclusión es fácil: Jesús está hablando de alguna exigencia que no se puede resolver con aceite prestado. Tanto en el mundo de la fe como en el de la realidad humana hay multitud de valores que son ardua adquisición o no se tienen.
El aceite y la lámpara encendida significan aquí algo personal e intransferible, que forma parte de la propia identidad, que está o no está en toda la biografía personal. Sin eso que aquí se significa, el hombre no es hombre, el hombre es irreconocible incluso para Dios: "no os conozco".
¿Qué significa tener aceite y tener lámparas encendidas? La liturgia sugiere una cierta identidad entre el aceite de la parábola y la Sabiduría (Sb 6. 13-17), y entre las lámparas apagadas y la aflicción desesperada ante la muerte (1 T 4. 13-17). Según esto, Dios no podría hacer nada por un hombre sin luz y sin esperanza, y esto no porque a Dios le falte misericordia, sino por la imposibilidad radical de poder llamar hombre a una vida sin luz y sin sentido.
Sólo nos queda una salida: o afirmamos que no hay hombres sin luz, aunque sea mínima, o aceptar que si nos faltara ese mínimo estaríamos inevitablemente excluidos de la fiesta del Padre. De vigilar esa seria posibilidad que pesa sobre cada uno de nosotros nos habla la liturgia de estos domingos.
¿Se puede ser optimista? Parece que sí; no por lo fácil que pueda parecer tener luz, sino porque Dios nos hizo heridos y marcados por ella. Lo leemos hoy: "La sabiduría se anticipa a darse a conocer a los que la desean...", "ella busca por todas partes a los que son dignos de ella".