El Pan de tu Palabra
Mt 19,23-30

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

Continuamos en el contexto del camino hacia Jerusalén y las predicciones de la pasión, cuando Jesucristo va mostrando a través de los acontecimientos y las palabras cuáles son los ideales de comportamiento para los que quieren seguirle. El texto de hoy tiene tres partes:
1. La llamada al seguimiento.
En el texto paralelo de Mateo (19,16ss) parece que Jesús presente los mandamientos de la Ley como el código de comportamiento para la gente "normal", mientras que el abandonarlo todo para seguirle fuese el ideal de perfección (recordemos la conocida frase: "Si quieres ser perfecto..."). En cambio, en el texto de Marcos, que da la impresión de ser más primitivo y más cercano al estilo radical de Jesús, la perspectiva es muy distinta.
Para Marcos, efectivamente, todo el que quiera "poseer la vida eterna" (= experimentar la vida plena del reino de Dios) debe colocarlo todo en función de un único valor: el seguimiento de Jesús. Y en este todo entra, claro está, el romper con el lastre de las riquezas y darlas a quien las necesita. Los mandamientos de la Ley, según nuestro texto, pues, son la base normal y necesaria que demuestra que uno tiene espíritu de buena voluntad, y merecen, por tanto, la mirada afectuosa de Jesús; pero en cambio no bastan para obtener la vida a quien los cumple: la vida sólo se obtiene con la opción total y con todas las consecuencias por Jesucristo.
2. La cuestión de las riquezas.
La primera parte del texto de hoy se centra en la absolutez del seguimiento de Jesucristo; ahora Jesús pasa a tratar directamente la cuestión de las riquezas, que es un impedimento clave para este seguimiento.
Vale la pena señalar sobre todo la "sorpresa" de los discípulos, que el evangelista destaca, en primer lugar como extrañeza y después como temor y desconcierto.
Efectivamente, era idea corriente entre los judíos que precisamente la riqueza era signo de la bendición de Dios: aquí, en cambio, autoritativamente, Jesús da un giro radical a esta concepción. Y todo esto (la absolutez de la exigencia del seguimiento, y la crítica a las riquezas) conduce a la angustiosa pregunta de los discípulos: "¿Quién puede salvarse?". Y la respuesta de Jesús es una cita de Génesis 18,14, en donde se recuerda la omnipotencia de Dios para cumplir sus promesas a Abrahán: también ahora Dios es omnipotente para transformar a los hombres y hacerlos capaces de seguir a Jesús y su Evangelio.
3. La recompensa a los seguidores.
La reivindicación -entre pícara e ingenua- de Pedro da paso al fragmento final de hoy. originalmente, probablemente, el fragmento era tan sólo una presentación del Reino de Dios como algo que superaba "al ciento por uno" todo cuanto los discípulos pudiesen dejar para seguir a Jesús. Más adelante, en el tiempo de la Iglesia, se añadió esta distinción entre tiempo presente y mundo futuro, y la referencia a las persecuciones.