El Pan de tu Palabra
Mt 17,22-27

Autor: Padre Felipe Santos Campaña SDB

 

 

La gran tristeza de los discípulos deriva de su incapacidad de comprender que la resurrección, ya anunciada en la transfiguración (Mt 17,1-8), debe estar precedida necesariamente por el sufrimiento y de la muerte. Es todavía y siempre cuestión de poca fe.
Los verdaderos hijos de Dios (los que reconocen en Jesús al Hijo predilecto del Padre) son liberados de las imposiciones para el templo porque Jesús, que es más importante que el templo (Mt 12,6), los libra de ellas. Pero Jesús tiene cuenta del riesgo del escándalo que un tal compromiso podría provocar.
Este relato subraya, a través de la única moneda que paga la taza o impuesto para Jesús y para Pedro, el destino común que liga a Pedro con su Señor.
Nuestra realidad de hijos de Dios no nos dispensa de la mediación humana; se trata de descubrir, en lo profundo de la esclavitud diaria de nuestra condición de hombres, el modo en el cual el Hijo de Dios nos inspira vivirlas como hijos libres.