Desvestirse en rebajas

Autor: Eva Nordbeck

 

 

En rebajas, la ropa veraniega femenina debería incluso regalarse. A
tras año se hace más exigua su expresión: unas prendas mínimas que
desvisten más que visten contribuyendo a que la calle se convierta en
una pasarela casi grotesca en la que se suceden pantorrillas y muslos
cortos o mal formados, espaldas, barrigas y escotes al aire, y todo un
muestrario del ajuar íntimo femenino hasta donde se puede enseñar,
sostenes y bragas incluidos. La pérdida de la estética y del pudor
vienen de muy atrás: cuando la mujer malogró su esencia y quiso ser
valorada más por su cuerpo que por su espíritu, cuando cambió su
espiritualidad por una carnalidad que la convierte en fin deseable de
usar y tirar, vestida de rebajas o de firmas italianas, que lo mismo
da.