Cachetes y aborto

Autor: Eva María Catalán

 

 

El Congreso ha prohibido a los padres el cachete como forma de corrección razonable y moderada, por considerar que atenta a la integridad física y psicológica de los hijos. Un cachete no es y nunca formará parte del maltrato, sino más bien es una advertencia seria ante una falta contra la autoridad y que los niños aceptan y comprenden cuando se les explica. Parece que los menores son los que mandan en casa como pequeños déspotas al albur de sus irrazonables deseos sin que las decisiones paternas puedan influir ya en su comportamiento salvaje. Es paradójico que se pueda acabar con la vida
del hijo aún en gestación, con toda impunidad, pero una vez ha nacido
no pueda tocársele ni un pelo. ¿Quién hace las leyes? De seguro que no han reflexionado en absoluto sobre su falta de coherencia: si los padres deben respetar al hijo, cuánto más deben de privados de matarlo.