Farmacéuticos sin escrúpulos

Autor: Eva María Catalán

 

 

Miembros del partido comunista italiano han puesto el grito en el cielo ante la exhortación de Benedicto XVI a la objeción de conciencia entre los farmacéuticos a la hora de dispensar fármacos abortivos o que cooperen a la eutanasia. Asimismo ha incentivado el papel del personal sanitario para esclarecer al comprador las implicaciones éticas que se derivan de su uso y que no aparecen claramente, (por algo será), en los folletos explicativos del envase. Es cierto que las farmacias, tristemente y salvo excepciones, son meros negocios que se lucran a costa de todo aquello que permita la ley y a veces a sus espaldas. Los anticonceptivos orales se venden sin receta a pesar de que entre sus mecanismos de acción concurre la anti-nidación del embrión recién concebido. No digamos nada de las píldoras abortivas del día siguiente, de los DIUs y demás artilugios anti vida que se venden sin ningún miramiento. La ética es importante en toda profesión y preserva su prestigio. Y sino, ¿qué queda de ella?