Libros y sexo

Autor: Eva Ferraz



En el reciente certamen del Día del Libro, una de las superventas se proclamó como un fresco del crimen y del castigo, un entramado de trampas financieras y de perversión sexual. No tengo nada en contra de los negocios como tema, pero sí contra los instigadores de depravación, ganen o no los máximos galardones literarios. A poco que se mire, los delitos sexuales, sobre todo, los abusos infantiles reales o a través de internet son ya algo tan cotidiano como asumido. Literatura, arte, fotografía, prensa, TV y radio se han asociado para promulgar que el sexo ya no es un tabú, sino un ingrediente que cada uno se aliña a su gusto. Protejamos a los niños y a los jóvenes de la falta de censura: la pornografía en todas sus formas lleva al abuso y el abuso a segar el frágil equilibrio emocional de los que no deberían haber probado el sexo y que fueron forzados a ello por el descuido de los adultos, en un mundo de adultos más corrompidos que edificantes.