El horizonte antropológico de la persona 

Autora: Esther Sousa

 

 

¿Qué vemos al mirar hacia el horizonte?  El cielo y la tierra, en una línea, unidos.  

En el horizonte se presenta a la intuición del ser humano, algo que lo hace capaz de abrirse a una epifanía del ser, al encontrarse por analogía ante el misterio de cielo y tierra; tal cual es la unidad sustancial de la persona (1), en cuerpo y alma. Por otra parte, es innegable la polaridad constitutiva y paradigmática en la naturaleza del ser humano (2). Él mismo por experiencia puede conocer que es cuerpo material y alma espiritual, así como en el horizonte hay el cielo y la tierra (3). Esto explica el dramatismo antropológico que tiene su vida (4).  

En la persona hay un llamado en el horizonte; como misterio divino. Es que en el ser, hay apertura a Dios; capacidad de don, y de oración; y una esperanza profunda de gracia.   

Si mirar el cielo y la tierra sacude al Hombre con la Gran Pregunta (5), eso prueba el paradigma de ser, en el alma y el cuerpo. Y la Pregunta que surge es compleja: ¿Qué es la vida?… ¿Quién es el ser?… De su horizonte se constituyen derechos inalienables y básicos para la morada del Hombre en la tierra, como lo es el derecho a la vida; y otros, como el derecho a la libertad, incluso la libertad religiosa, y el derecho de buscar la felicidad. (6)     

Dios Verdadero, ES. No cabe la duda (7). Es Dios de Vida, y no podría ser de otra manera. La autenticidad de religión se manifiesta por la adoración obediente a la santidad del que ES. También (7A) por la reverencia ante el misterio de la vida, del ser humano, desde su concepción y hasta el fin natural; y poder reconocer que el cuerpo es creación de Dios y signo sacramental de la persona.         

La vida humana se desarrolla en el tiempo. La ciencia lo sabe por la microscopía. Por eso la dignidad del ser humano requiere familia y paternidad: en el origen (por el don del amor), en el camino (por el sostenimiento), y en el destino (para el cumplimiento) (8).  

Pero, ¿cuándo empieza la vida humana?  ¿y cuándo el horizonte ?  … En el instante del cambio sustancial, como veremos.  

Genéticamente, el ser humano se constituye de 46 cromosomas, según el plan y programa de una persona singular. La semillas o gametos, del padre (23) y de la madre (23), son aploides y no forman por sí mismos una persona; es decir, no tienen rostro. Pero en la fusión de los gametos del padre y de la madre, en la fertilización, se verifica el cambio sustancial: emerge el ser viviente, humano, corpóreo y animado. Todo lo cual origina el fundamento de la estructura trinitaria ontológica del ser humano. (9)     

La fusión de ambos gametos se lleva a cabo, por ley natural. Ocurre entre la membrana del óvulo y la membrana decidual del espermatozoide –favorecida por la unión entre la fertilina, una proteína del espermatozoide, y la integrina, un receptor proteico de la membrana del óvulo-, seguida por la singamía, fase de pocos segundos en que el núcleo y el centrosoma del espermatozoide penetran en el citoplasma del óvulo. (10)  

A partir de este momento se suceden una cadena de actividades que indican con evidencia que los gametos no actúan como dos sistemas independientes entre sí, sino que han constituído una unidad independiente: el cigoto o embrión unicelular, una célula diploide en período kinético de auto-multiplicación. (11) El instante del acto creativo, del proceso de la fertilización, es guiado irreversible por la ley natural de Dios. El cigoto existe y actúa desde el momento de la fusión, como ontológicamente uno; como un ser en una célula intrínsecamente orientada y destinada a una evolución bien definida y precisa. Su orientación y destino son debidos esencialmente al genoma o información genética de que está dotado. (12)  

El genoma es una estructura  que confiere al cigoto una identidad especificamente humana e individual que lo distingue de los demás cigotos humanos. Esta estructura es esencial, – aunque no lo único- para el desarrollo del nuevo ser; lleva inscrito un plan y programa para su desarrollo ordenado, rigurosamente orientado e intrínsecamente dirigido, de cuya actuación se formará un cuerpo con determinada figura humana. (13) Por ley instrínseca o ley del desarrollo, contenida en el DNA, se desarrollará autónoma y gradualmente autoconstruyéndose durante todo el proceso epigenético (14), sobre la base del plan-programa. (15)  

Desde la concepción hay cambios en la fuente de alimentación del ser humano; a partir de la reserva alimenticia contenida en el óvulo, desde la fertilización; pasando por la nutrición tubótrofa durante el viaje del cigoto por la trompa de Falopio; y luego al anidarse en el útero, a través de la placenta materna (16). Después, al nacer, por la leche de la madre; seguida de cambios progresivos en la dieta alimenticia el resto de la vida; y en ocasiones durante enfermedades, o durante el cuidado paliativo antes de morir de manera natural, por el suero intravenoso (17).     

El cigoto es el ser humano, en cuerpo y alma. Existe y actúa como ser ontológicamente uno e individual, en su corporeidad y animación, con identidad y crecimiento propios. La célula embrionaria es inmeditamente  animada. No tiene una animación tardía, como antes se creía, a las 2 semanas o a los 3 meses, sino instantánea: desde la concepción, como evidencian ciencia y fe, íntegramente.  

El momento de anidación en el endometrio uterino, no es el inicio de la vida del embrión (18); sino solo un cambio en su alimentación y la acogida; de ahí en adelante se nutrirá a través de la placenta que se forma entre él (o ella) y la madre. La aparición de la estría primitiva, a los 14 días de la fecundación, no marca tampoco el inicio de la vida, sino el origen del sistema nervioso central y la desaparición de la posibilidad de crearse gemelos univitelinos y monocigóticos. Ni siquiera la configuración del sistema nervioso y la realización de las funciones cerebrales es el inicio de la vida humana; ya que hasta los 6 o 7 años de edad no se completa el desarrollo de las conexiones nerviosas. (19)  

Si el niñito en forma de embrión parece una “masa amorfa” es sólo en apariencia, porque es un ser humano dotado de identidad precisa y definida, y se desarrolla autónoma y gradualmente como lo que es: un ser humano, aunque su forma humana no esté desarrollada. (20)  

Por otra parte, la teoría de que la persona se origina en el momento de la formación completa de los órganos sexuales, es irreal; el sexo genético del embrión se establece en la fecundación, aunque la diferenciación sexual se manifiesta hasta las 8 semanas. (21)  

El cambio sustancial a persona, en cuerpo y alma, es en la concepción. El embrión unicelular o cigoto es un ser humano en desarrollo. Tiene identidad y vocación humana específica; es un ser humano llamado, irreversiblemente; aunque tenga defectos genéticos, sufra algún accidente o sea concebido en condiciones indeseables. Empieza a desarrollarse desde la célula embrionaria, la cual no es huevo, sino ser humano.  

El cigoto es el cambio sustancial a persona. Antes de fusionarse los dos gametos, éstos en sí mismos, no son la persona. Pero el nuevo ser, único, tiene identidad humana; y su presencia tiene un rostro. Podríamos exclamar: ¡Es un niño! ..o..¡Es una niña! …desde el primer instante. (22)     

El cigoto tiene el horizonte sustancial: el cuerpo y el alma, de la persona humana. Como ser llamado, es digno de reverencia (23) desde el principio. No porque sea santo; sino porque es sagrado. Dios lo ha creado. (24)  

Por otra parte, si hay un horizonte perfecto, en armonía, es el de la Imágen Verdadera, Jesucristo. (25). Su Encarnación celebra la alta dignidad a la que está llamado todo ser humano desde la concepción (26), instante preciso en el que emerge el nuevo viviente; el ser humano creado por Dios del polvo y del soplo (27), a su propia imágen.   

Hay gran fiesta en la familia humana, en el instante en que se concibe un nuevo hombre (o una nueva mujer), y luego, en su bautismo.  La sacralidad de la vida humana es digna de protección legal desde la concepción. Su ethos es el templo del matrimonio fiel y de la paternidad, en la familia.  

Jesucristo es el horizonte perfecto, y nuestra libertad. Respetemos en Él, toda vida humana, lo cual nos llevará a la paz; promovamos la familia fundada en el matrimonio, lo cual nos conducirá a la prosperidad.  

(Esther M. Sousa cursó maestría en Persona, Matrimonio y Familia en el Instituto Juan Pablo II, U. Lateranense, Roma. Es colaboradora de Vida Humana Internacional, y fue  directora auxiliar.)

 

NOTAS:  

(1)La persona como sustancia individual de naturaleza racional, S. Boecio, S. Theol. I, q.29, a.1. (2) La polaridad constitutiva es universalmente reconocida, ej: por las culturas antiguas como los aztecas y egipcios; por la antropología clásica de Aristoteles; por la escolástica y Sto. Tomás; por modernos como H.U. von Balthasar, etc. Juan Pablo II en la “Catequésis acerca del amor humano”, XXVII, El cuerpo no sometido al espíritu, amenaza la unidad de la persona”,p.129, Libreria Ed. Vaticana, 1995; Rom. 7,22-23 y Gal 5,15 se refieren a la ley de la carne y la ley del espíritu. (3) Stanislaw Grygiel, art. “Hacia una definición del hombre”, “¿Qué es la vida?”. Ed. Encuentro, 1999, Madrid, pg 49. (4)  H.U. von Balthasar, Teodramática, t.2, Madrid, 1993, p. 330-331. (5) S. Grygiel, art. “El hombre, magna quaestio”, op.cit., pg. 37. (6) arts. 3 y 18 de la Declaración de los Derechos Humanos original, Ginebra, 1948. (7) Exodo 3,14: “Dijo Dios a Moisés: ‘Yo Soy el que Soy’..así dirás a los israelitas: ‘Yo Soy’ me ha enviado a vosotros”. Por lo que Dios, ES. Los mandamientos expresan la ley natural de la conciencia moral. (7A) Juan Pablo II, op.cit. XIX, pg. 91.  (8) Angelo Scola, “Hombre-Mujer”, cap. “Paternidad-maternidad y misterio del Padre”, Ed. Encuentro, Madrid, 2001, pg. 310. (9) A. Scola, “Hombre-Mujer”, art. “El principio teológico de la procreación humana”, Ibid. pg.419. (10) Angelo Serra, “La ley del desarrollo del embrión humano revela cuándo <yo> soy <yo>”, cap. “El cigoto”, “El inicio de la vida”, BAC, Madrid, 1999, p.24. (11) A. Serra, op.cit, p.24. (12) A. Serra, op. cit. p. 25. (13) A. Serra, op. cit., p.25-26. (14) Se refiere a que los eventos acontecen en torno a un centro: el plan y programa genético. (15) A. Serra, op. cit. p.26. (16) María Domingo Gutiérrez, art. “El resultado de la fecundación: comienzo de la vida humana”, “El inicio de la vida”, BAC, Madrid, 1999, p. 256. (17) Los cuidados paliativos a las personas cuya muerte es inminente, incluyen nutrición e hidratación, las cuales no deben suspenderse; a menos que éstos mismos comiencen a ser la causa directa de la muerte. (18) Los abortistas promueven erróneamente el aborto temprano o píldora del día siguiente. Proclaman que la vida humana empieza al anidarse el niño en el útero, por establecerse la relación con la comunidad, en la madre. Pero la realidad es que es persona desde el momento de la concepción, momento en que se inicia la relación hijo-padres-Dios. (19) M. D. Gutiérrez, op.cit. p. 256-261.  (20) M. D. Gutiérrez, op. cit. p. 256-261. (21) M. D. Gutiérrez, op.cit. p. 256-261. (22) Los cromosomas diploides XY o XX indican si es niño o niña. (23) Donum pietas o piedad, es uno de los 7 dones del Esp. Sto. por el que se reconoce la sacralidad de la persona, como templo, Juan Pablo II, op. cit. LVIII, p. 231. (24) S. Grygiel, op.cit. cap. ”Para mirar al cielo. Vida, vida humana y persona”, p.47. (25) Gen 1,27: “Creó, pues, Dios al ser humano a imágen suya, a imagen de Dios le creó, varón y hembra los creó”; Mt. 3,17: “Este es mi Hijo amado, en quien me complazco”. (26) Jn 1, 14: “Y la Palabra se hizo carne, y puso su morada entre nosotros..” (27) Gen 2, 7-8: “Entonces Yahveh Dios formó al hombre con el polvo del suelo, e insufló en sus narices un aliento de vida, y resultó el hombre un ser viviente”. Lo demuestra que el alma o aliento de vida se separa del cuerpo al morir la persona, y el cuerpo al desintegrarse se vuelve al polvo. Cuerpo y alma están en la célula embrionaria animada.  

NOTA DEL AUTOR: La reproducción de este artículo se permite siempre y cuando se mencione la autora y los créditos, y no se modifique. @ 2004