Nota

Autor: Padre Ernesto Fernández-Travieso, S.J.

Libro: En la búsqueda de la felicidad.

 

 

El tema desarrollado en este trabajo fue el material de la tesis doctoral de su autor en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, defendida con Magna Cum Laude en 1985, y cuyo director fue el P. Gilles Cusson, S.J. Este material constituía y constituye el alma y el espíritu de una misión de servicio que se ha desarrollado en la República Dominicana desde 1973. La Misión ILAC ha llevado una respuesta de amor en servicio y entrega a los demás, a miles de «necesitados» tanto pobres como ricos. Ya que a través del servicio cristiano, especialmente a los más necesitados, todo ser humano entiende su propia pobreza, por una parte, y por otra, su propia riqueza que debe utilizar para ayudar a los menos privilegiados. El ILAC a través de sus servicios de desarrollo humano y espiritual promueve la responsabilidad que todos tenemos en nuestra vida con nuestras riquezas tanto materiales como espirituales. Los servicios de salud llevados a regiones rurales remotas por voluntarios locales y extranjeros transforman, no sólo a quienes reciben ese servicio, sino también a los que con humildad los ofrecen.

Con este espíritu se han originado muchos y variados programas de desarrollo integral, espiritual y social, como la preparación y organización de líderes campesinos, centros culturales de formación comunitaria, centros de salud rural, proyectos de agricultura, formación de la mujer y de los jóvenes. Estos proyectos ya están en manos de líderes locales y reciben ayuda de voluntarios de muchas partes del mundo y hasta de diversas creencias. Todos son invitados a trabajar y a entregarse a los demás en esa misión «humanizante» y «divinizante» del servicio a los demás. La Misión ILAC está centrada en esa espiritualidad de la Biblia y en el Dios viviente que quiere la salvación de toda la humanidad. Los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola, constituyen el método usado para encontrar personalmente a ese Dios que nos libera y nos hace entender nuestra responsabilidad social con los demás. Pero más todavía, los Ejercicios Ignacianos nos invitan a comprometernos con fuego y pasión al mensaje universal y a la actitud de vida que Jesús, el Cristo, sembró en la humanidad.