Conclusión Parte I

Autor: Padre Ernesto Fernández-Travieso, S.J.

Libro: En la búsqueda de la felicidad.   

 

 

En nuestra búsqueda de la felicidad hemos topado con el pensamiento de escritores recientes que en medio de la superficialidad aparente del mundo moderno han logrado hacernos reflexionar sobre la vida. Nuestra civilización occidental ha estado descuajada de la interiorización que las civilizaciones orientales han sido capaces de desarrollar. El fenómeno de la civilización hebrea inyectando su fe y su visión en el pensamiento occidental nos tiene que llevar a reflexionar lo que esto significó para la historia

El pueblo de Israel en aquel tiempo era definitivamente oriental en su manera de pensar. El uso de alegorías, sueños, una determinada intuición basada en la interiorización, eran cualidades orientales. La civilización occidental basada principalmente en el pensamiento greco-romano era principalmente racionalista, pragmática, y preocupada por las definiciones esenciales. El choque tiene que haber sido considerable. A través de los años de civilización occidental, principalmente la europea, podemos analizar el enriquecimiento de la mentalidad occidental con la mentalidad oriental judía.

Necesariamente tiene que haber ocurrido una síntesis maravillosa al integrarse las dos mentalidades. Sin embargo, el daño causado por la mentalidad occidental al tratar de «integrar» la fe venida de la civilización hebrea es palpable en la historia. Esa fe de interiorización se tuvo que ver rápidamente interpretada en términos racionalistas. Los descubrimientos espirituales de una nación a través de los siglos perdieron fuerzas al chocar con el occidente, especialmente con el poderoso Imperio Romano, heredero del pensamiento griego. 

Por este motivo, debemos profundizar en aquella tradición que nos trajo la única visión verdaderamente positiva de la vida. Esa visión que nada ni nadie nos han podido quitar en nuestro pensamiento occidental. Sigamos ahora al pueblo hebreo en el Antiguo Testamento para tratar de entender su proceso histórico y el porqué de esa visión insólita que nos ha traído la esperanza a la humanidad entera. Nuestra curiosidad nos llevará a conocer las distintas etapas por las que fue evolucionando el pueblo de Israel. Veamos si podemos descubrir qué lo hizo encontrar esa actitud de vida, donde la fe y la esperanza juegan un papel principalísimo. Llamémoslo «Israel», en singular, como lo llama la Biblia. Acompañémoslo a él que puede representar al ser humano en general a través de sus experiencias de crecimiento en conciencia y sabiduría. Quizás él nos ayude a descubrir el camino a la felicidad.