Rinocerontes en Pentecostés

Autor: Padre Ernesto Fernández-Travieso, S.J.

Libro: Para no ser un rinoceronte más  

 

 

Nuestro Papa Benedicto XVI, comprendiendo la falta de profundidad del mundo de hoy, se ha dispuesto a hacernos pensar y reflexionar. Sólo así podremos resistir al peligro existente de «convertirnos en rinocerontes», como en la obra de Eugène Ionesco (1912-1994), autor teatral francés, máximo exponente del teatro del absurdo. La superficialidad y el libertinaje del mundo de hoy están convirtiéndonos en verdaderos animales que sólo funcionan por sus instintos.

A esa situación tan grave no podemos responder sólo con pías devociones religiosas. Necesitamos vivir nuestra fe a cabalidad. Y para crecer en la fe es imprescindible conocer los Evangelios que nos enseñan la actitud de vida que Jesucristo vino a enseñarnos. Quizás nos hemos quedado con las hojas y las flores y no reparamos en la importancia del tronco y las raíces de nuestra fe. Por esas raíces y ese tronco recibimos la savia que nos da la vida. Y esa vida es Cristo que nos nutre y nos transforma.

Jesús nos dejó aparentemente solos después de su Ascensión al cielo. Nosotros todos, como Iglesia, teníamos que completar esa misión que Jesús nos asignó. Esa misión era llevar su Reino de Paz y justicia a todos los rincones de la tierra. Estamos todavía lejos de establecer el Reino de Dios en este mundo caótico en que vivimos. Cada día nos enteramos de un nuevo horror que nosotros, seres humanos libres, somos capaces de cometer. Nos agobia la responsabilidad de anunciar ese Reino en medio de tanta maldad, de tanta desmoralización de tantos y la apatía de otros. Nos asusta reconocer que somos mensajeros de ese Dios que nos instruyó y nos dejó encargados de desarrollar su Reino, y por eso nos es más fácil refugiarnos en pías devociones. Las devociones nos deben de guiar hacia Cristo, o hacia Él por intercesión de María su Madre... Pero muchos se quedan en una superficialidad que raya con la superstición.

Para otros, ha sido más fácil seguir reglas al pie de la letra que crecer en conocimiento personal de ese Cristo, amigo y Dios, que nos exige responsabilidad... ¿Miedo a encontrarse con Dios personalmente?...Todos los últimos Papas nos han insistido en la oración y los sacramentos que nos llevan a ese conocer a Cristo, al Dios personal. Y el Papa Benedicto nos está invitando a profundizar más en nuestra fe, para que no nos quedemos infantilmente en meras reglas y devociones. En este tiempo de Pentecostés recibimos otra vez al Espíritu Santo. Jesús no nos dejó solos. El nos dejó al Espíritu Santo para inspirarnos y ayudarnos, para darnos su fuego que transforma el mundo.

En aquel día de Pentecostés estaban todos los discípulos con María, madre de Jesús, todos en oración. De pronto se oyó como un ruido de viento que estremeció la casa, sobre la cabeza de cada uno se posaron como unas lenguas de fuego y todos recibieron al Espíritu Santo. ¡Y los cobardes se convirtieron en valientes! Salieron de la casa donde estaban escondidos y comenzaron a predicar a Cristo en todas las lenguas e idiomas, desafiando a todos aquellos que los perseguían.

Llenos de fuerza, comenzaron la revolución pacífica más grande que registra la historia. Fueron a todos los confines de la tierra anunciando la buena nueva y en pocos siglos llegaron a convertir el poderoso imperio romano, ya decadente, donde el estilo de vida era completamente contrario al mensaje que ellos predicaban. Pero la buena nueva del amor conquistó la decadencia del poder, del odio y de los placeres e instintos animales que reinaban en Roma.... ¿Tiempos similares a los presentes? –¡Recibamos al Espíritu Santo!¼