San Luis María Grignion de Montfort: a Jesús por María

Autor: Emilio de Armas

 

 

La obra de San Luis María Grignion de Montfort (1673-1716) es uno de los tesoros espirituales más ricos de la cristiandad. Cuando se entra en este tesoro, la riqueza deslumbra por la sencillez de su evidente autenticidad: el camino de María hacia Jesús se abre allí a los hombres como fruto de una devoción plena e iluminada, devoción que se inspira en la total entrega de la propia María ante el milagro de la Anunciación: “He aquí a la esclava del Señor”.

Esclavo de María por amor a Jesús, Grignion de Montfort abrió su alma a la percepción de un mensaje tan universal como callado: por obra del Espíritu Santo, la maternidad de María es cauce de la vida eterna en Jesucristo, por Jesucristo y con Jesucristo. María es la total aceptación de la maternidad ante la llegada del Espíritu; es la total vivencia de la maternidad en la encarnación y el nacimiento del Hijo; es la total pasión oculta de la maternidad durante la vida del Hijo; es el total cumplimiento doloroso de la maternidad en la muerte del Hijo, y es la glorificación total de la maternidad en la resurrección del Hijo, que la hace Madre de su Iglesia y de todos los hombres. “Templo de la Santísima Trinidad”, la llamará Grignion de Montfort como corona de su unión triple y única con Dios: “hija de Dios Padre, esposa de Dios Espíritu Santo y Madre de Dios Hijo”.

La sencillez deslumbradora de esta verdad, que llegó a habitar en su alma como presencia viva y actuante, se convirtió en mandato expresivo para Grignion de Montfort, que no vaciló en exponer su vida a la pobreza, el desamparo y aun la saña de quienes eran sus propios hermanos en la fe, para trazar ante los hombres el camino de María, que es el camino hacia Jesucristo.

Al visitar en septiembre de 1996 la tumba de Grignion de Montfort, en Saint Laurent-sur-Sevre, el papa Juan Pablo II dijo: “Yo le debo mucho a este santo y a su Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen”. Y en su Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae, hecha pública el 16 de octubre de 2002, el Pontífice ratificó la raíz montfortiana de su lema episcopal, Totus tuus (‘Todo tuyo’): “Un lema, como es sabido, inspirado en la doctrina de san Luis María Grignion de Montfort, que explicó así el papel de María en el proceso de configuración de cada uno de nosotros con Cristo: ‘Como quiera que toda nuestra perfección consiste en el ser conformes, unidos y consagrados a Jesucristo, la más perfecta de la devociones es, sin duda alguna, la que nos conforma, nos une y nos consagra lo más perfectamente posible a Jesucristo. Ahora bien, siendo María, de todas las criaturas, la más conforme a Jesucristo, se sigue que, de todas las devociones, la que más consagra y conforma un alma a Jesucristo es la devoción a María, su Santísima Madre, y que cuanto más consagrada esté un alma a la Santísima Virgen, tanto más lo estará a Jesucristo’”.

El Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen es una obra única en la literatura mística universal. Apoyándose en la riquísima tradición mariana de la Iglesia –tradición que se remonta a los orígenes mismos del cristianismo–, Grignion de Montfort sintetiza, ilumina y se remonta, a puros golpes de alma iluminada, para darnos la “perla oculta”: el mensaje de María a los hombres, que es el llamado de la Madre a vivir en el Hijo, por el Hijo y con el Hijo.

En El secreto admirable del Santísimo Rosario, Montfort vive este llamado y nos acompaña a vivirlo misterio por misterio, perla por perla, desgranándolo en meditaciones en las que el sentido vital del cristianismo se realiza en plenitud de comunión.

Lo esencial de su doctrina mariana reaparece, resumido, en su epístola El secreto de María, en la que el P. Miguel Lemarié, smm, ha visto “el resultado de su larga y profunda experiencia espiritual mariana”. Y toda esta experiencia espiritual tiene un referente unificador en su tratado El amor de la Sabiduría Eterna, en que Grignion de Montfort define a Jesús como Amor que es Sabiduría y Sabiduría que es Amor en plenitud de equivalencias.

Dotado de una viril ternura que sólo en Jesús y María halló su completa realización, San Luis María Grignion de Montfort tuvo el privilegio de ver el camino, y el valor de trazarlo. Su obra no es sólo un hito en la literatura mariana, sino fuente de vida y fortaleza cristianas para todos los tiempos.

(Las obras de San Luis María Grignion de Montfort pueden obtenerse en las librerías católicas, o comunicándose con la Sociedad Grignion de Montfort: Palau, 3, 08002 – Barcelona, España (sgmontfort@wanadoo.es). Esta Sociedad realiza una devota labor de difusión del pensamiento montfortiano, poniéndolo al alcance de todos.)
 

 

Emilio de Armas es director de la Voz Católica, Periódico de la Arquidiócesis de Miami