Dar
Autor: Eduardo Orellana
En la vida puedes dar por obligación;
eso a algunos ayuda, pero no enaltece
ni madura a tu corazón.
Puedes dar anhelando reconocimiento;
golosina que al ego empalaga,
evitando tu propio nacimiento.
Puedes dar por corresponderle algo al otro;
pagar con la misma moneda
los favores hechos o el afecto muy devoto.
Puedes dar quizá por culpabilidad;
recuperar un poco el tiempo de lo ido,
empacarlo dulcemente y hacerlo realidad.
Puedes dar también por lo mucho que te sobra,
consolar el alma, sin entregarte a ti mismo,
disfrazarlo quizá de una “buena obra”.
Pero si acaso el cielo te regala
la fortuna de darte día con día,
entregarte a ti mismo sin importar
la cantidad de lo que tengas,
hacerlo simplemente porque puedes,
quieres o porque el corazón así lo avala;
entonces verás que no importa más quien eres
o de dónde vengas… tu ser simplemente
te exige con fuerza: ¡vamos, tu vida dala!