Con el terrorismo no se juega

Autor: Diego Quiñones Estévez

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Las mentiras gubernamentales y mediáticas del poder, no podrán ocultar la evidencia de los atentados terroristas de ETA, desde el primero hasta el último de la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas en Madrid. Y la evidencia objetiva de la historia del terrorismo en España, es que su finalidad siempre ha sido destruir vidas y someter a la población a un estado perpetuo de angustia y de miedo hasta que alcancen sus objetivos de autodeterminación e independencia.  

Así no se construye y mantiene en pie una sociedad democrática que se fundamenta en el Estado de Derecho que nos da la Constitución Española de 1978. El falso y claudicante “proceso de paz”, no ha sido mas que una de tantas argucias políticas de un Gobierno que sólo se mantiene de las mentiras que monta para no dejar el poder y para no abordar con valentía y responsabilidad política y moral el gravísimo problema para la convivencia de los españoles que representa la lacra irracional e inhumana que es el terrorismo de la izquierda nacionalista.

Con el terrorismo de ETA, con el terrorismo del cualquier signo ideológico, nunca se negocia, simplemente se aplican la leyes del Estado de Derecho porque de lo contrario quienes salen ganando son siempre los terroristas. Darles una mínima tregua, un simple respiro es seguirles el juego, el juego del terror que acaba con el asesinato y las heridas de los más inocentes que somos los ciudadanos. El juego de la negociación con el terrorismo es la claudicación de unos políticos irresponsables, que están fuera de la realidad histórica, que viven lejos de la sociedad española, que nos quieren hundir en las irracionalidades violentas y sanguinarias del terror.

A partir de ahora, el Gobierno ha de volver a tomar una responsabilidad común con el partido en la oposición, que ya estaba perfilada en  La Ley Orgánica de Partidos (2002) o en el Acuerdo por las Libertades y contra el Terrorismo o Pacto Antiterrorista (2000). Y al partido en la oposición, exigirle que pida en el Parlamento una clarificación de toda la política antiterrorista y que haga uso de todos los medios legítimos para que se asuman las responsabilidades que se deriven del falso “proceso de paz” y del oscurantismo totalitario que se esconde tras de él.

El juego maquiavélico del “falso proceso de paz” ha terminado con dos posibles muertes más, con más dolor y sufrimiento para las víctimas, para sus familias y para la sociedad española. Los españoles rechazan el inmoral juego con el terrorismo porque los cambalaches del poder sólo traen beneficios a los grupos políticos ultranacionalistas y al terrorismo al que se le ha permitido rearmarse.

Al terrorismo tan sólo se le vence manteniendo la unidad entre todos los españoles, y de modo especial entre los dos partidos mayoritarios que nos representan y que tienen la obligación moral de afrontarlo sin ambigüedades, utilizando la Justicia y las medidas policiales y judiciales oportunas para que no siga destruyendo nuestra libertad y nuestra convivencia.