Pretextos del ultranacionalismo: Irlanda del Norte, Quebec, y ahora Montenegro

Autor: Diego Quiñones Estévez

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Los ultranacionalismos, que han asfixiado durante casi treinta años a nuestra joven democracia constitucional, no cesan en su empeño por verla desaparecer empleando los más peregrinos pretextos que no son más que falsificaciones de la Historia política de España, de Europa y del planeta Tierra.

Se inventaron, que, la independencia de Vascongadas y la anexión de la Comunidad Foral de Navarra y también de la zona vasca del departamento francés de los Pirineos Atlánticos, deberían seguir el mismo proceso de pacificación racional del conflicto terrorista que enfrentó sanguinariamente en Irlanda del Norte, a los grupos paramilitares unionistas protestantes y nacionalistas católicos. En la Comunidad Autónoma Vasca sólo ha existido la banda terrorista de izquierda (ETA), que ha asesinado a mil españoles porque su objetivo es instaurar la república socialista popular de “Euskal Herria”, o la también llamada por los nacionalistas vascos, la “EusKadi” o “País Vasco.” Ambos inventos territoriales, son entes abstractos y fuera de la Historia, como el otro ente territorial, igual de abstracto y obtuso, del nacionalismo catalán, que llaman los “Países catalanes”(Països Catalans).

El socialismo laicista ávido de poder, ha vuelto a recuperar al auténtico socialismo soviético y comunista porque se ha reenganchado a los pretextos irracionales del ultranacionalismo tanto vasco como catalán. Ha hecho suyas las reivindicaciones de los nacionalismos etnocéntricos, de que son ellos los únicos que tienen el derecho a decidir el destino político de las personas que viven en unas regiones que secularmente forman parte de España, del Estado de las Autonomías. Se han puesto a justificar la ruptura de la unidad y de la soberanía de España, aferrándose a las distorsiones de las circunstancias socio-políticas de Irlanda del Norte o del territorio canadiense de Quebec, el cual ha rechazado la independencia teniendo muy en consideración la legalidad del Estado de Derecho y la Constitución canadiense.

Ahora, para colmo, y una vez más contra la Constitución española (1978), los partidos ultranacionalistas vascos, más el partido socialista en Vascongadas (PSE), se agarran al clavo ardiente del fatuo derecho de la ciudadanía vasca a la autodeterminación por medio de un referéndum “según el método” de Montenegro, por ser, dicen, legal.

Pero lo que maquiavélicamente silencian, es que el método y el modelo de Montenegro, esconde una historia de genocidios y guerras interétnicas que acabaron con la desaparición de la República Federal Socialista de Yugoslavia, nacida en 1946, tras la II Guerra Mundial. Descuartizada la República Federal Socialista de Yugoslavia, la República de Montenegro en 1992 se unió con la de Serbia, otra de las seis antiguas repúblicas socialistas, para formar la República Federal de Yugoslavia (1992-1995).

Sin embargo, la guerra civil, el odio, las persecuciones interétnicas entre musulmanes, croatas y serbios, llevaron a que en el año 2002 los serbios y montenegrinos formaran la confederación de Serbia Montenegro. La guerra civil bosnia (1992-1995) provocó un genocidio por parte de Serbia y Montenegro contra los ciudadanos de Bosnia Herzegovina. Cien mil personas fueron asesinadas, convirtiéndose en la mayor masacre cometida en Europa, después de la II Guerra Mundial. Más tarde, Serbia y Montenegro, no tardaron en separarse porque los conflictos entre ellos eran constantes. En el año 2006 tuvo lugar el referéndum montenegrino de independencia. Sin embargo, para que se hiciera efectivo, tanto la federación de Serbia y Montenegro como la Unión Europea, establecieron don requisitos fundamentales: 1º) Debería votar al menos el 50% de las personas con derecho a voto; 2º) El voto “Sí” habría de obtener una votación superior al 55 % de los votos válidamente emitidos. El referéndum constaba de una pregunta muy clara: “¿Desea usted que Montenegro sea un estado independiente con plena legitimidad conforme al Derecho Internacional?” El resultado fue a favor de la independencia con un 55,4 %  de los votos válidos, y con un participación del 86,46%.

Los independentismos vasco-catalán, además de estar día y noche erosionando las competencias del Estado y de la Nación española, contaminan de un peligroso confederalismo y separatismo a los nuevos e innecesarios Estatutos de Autonomía, escamotean la verdad de los hechos históricos como el de Irlanda del Norte, el de Quebec, y ahora también los de Montenegro y de la ex-Yugoslavia, tan distantes de nuestra Historia y tan dramáticamente complejos, y que ninguna nación como la nuestra, estaría dispuesto a repetirlos ya que sería nuestra definitiva aniquilación, en la cual están empeñados el ultranacionalismo y el terrorismo que los avala con las armas y el miedo.

Las comunidades autónomas de España, conforman el Estado de las Autonomías, porque la Constitución de española, las vincula a todas de forma institucional y solidaria.

De manera machacona y destructiva, los ultranacionalistas hablan e inventan naciones  o estados asociados, realidades históricas y nacionales, comunidades nacionales, u otras zarandajas para diluir la soberanía nacional, como la cosoberanía o la confederación de naciones o estados porque así también le interesa al socialismo laicista gobernante, ansioso por perpetuarse en el poder. Desprecian lo que dice la Constitución española, que en su Art. 145.1, deja en evidencia lo que ya se hizo con el Estatuto de Cataluña, y con los que se aprueben, la inconstitucionalidad de los mismos:

 1. En ningún caso se admitirá la federación de Comunidades Autónomas.

Y en el Art. 147.2, se dice:

2. Los estatutos de autonomía deberán contener:

a) La denominación de comunidad que mejor corresponda a su identidad histórica.

b) La delimitación de su territorio.

c) La denominación, organización y sede de las instituciones autónomas propias.

d) Las competencias asumidas dentro del marco establecido por la Constitución y las bases para el traspaso de los servicios correspondientes a las mismas.”

De las tergiversaciones de la Historia de España, por parte de los nacionalismos clónicos, ya estamos más que hartos, y ahora para colmo de hartazgos, pretenden llevar a término el mismo procedimiento de falsificación con la Historia de Europa y la Historia Universal. Las apetencias esquizofrénicas de los nacionalismos excluyentes, que han sido y son alimentados por las manos ávidas de poder de las dos grades partitocracias en España, no pararán hasta que alcancen sus propósitos destructivos de romperla en trozos de estados confederados, tan anacrónicos y de resultados tan nefastos en la Historia de Europa.

Las manos que siguen dando de comer a la bestia del ultranacionalismo, tienen la clave para que abandonen sus totalitarias propuestas independentistas y de autodeterminación: Hacer cumplir la Constitución española (1978), y cambiar, de forma definitiva, una desfasada ley electoral que privilegia y envalentona a los partidos ultranacionalistas y esclaviza a la mayoría de los votantes españoles que quieren vivir en paz, justicia y libertad, igual que en las democracias más avanzadas y con más experiencia.