Defensa de la enseñanza de la Religión en Europa

Autor: Diego Quiñones Estévez

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El Santo Padre, Benedicto XVI, nos ha recordado en su reciente viaje a Alemania, que los centros fundamentales para le educación integral de la persona son: la familia, la escuela y la Iglesia. Todos ellos en armonía, “van juntos y ayudan a encontrar el camino hacia las fuentes de la vida…” [1]

Lo ha dicho en la cuna del Protestantismo, de la Reforma luterana, en la Alemania del diálogo interreligioso y sobre todo del ecumenismo que se fundamenta en la búsqueda de la unidad y de la Iglesia de Cristo. El ecumenismo no es como los anticristianos relativistas y laicistas lo entienden, es decir, como la confusión de perspectivas religiosas donde cada confesión interpreta el Evangelio, la Biblia y la Tradición, según les apetezca.

El ecumenismo se define como el diálogo fraterno entre  las comunidades cristianas separadas por diversas causas de la única de Iglesia de Cristo, que subsiste en la Iglesia Católica. Se busca la unidad de todos los cristianos que Cristo concedió a su Iglesia. Este diálogo  no se puede entender como una pérdida de esa identidad eclesial fundamental, porque sería renunciar al don de la unidad dado por Cristo y mantenido vivo por el Espíritu Santo. Es la unidad que permite la diferencia y la diversidad: “Única es la Iglesia fundada por Cristo, pero son muchas las comuniones cristianas que se presentan a los hombres como herencia de Jesucristo” (Concilio Vaticano II, Decreto Unitatis Redintegratio).

El encuentro ecuménico e interreligioso nada tiene que ver con el consenso político o parlamentario, donde cada ideología defiende su parcela de poder, ni tampoco se aproxima a la proclama del multiculturalismo de la progresía intelectual posmoderna. El multiculturalismo es la multiconfusión del pensamiento relativista, del laicismo sin horizontes que lo mezcla todo, para sacar sus tajadas en los mares de las confusiones.

En Alemania se da una verdadera educación ecuménica e interreligiosa, mientras que en España, la historia de la enseñanza religiosa, desde el Acuerdo Internacional con la Santa Sede y el Estado Español sobre Enseñanza y Asuntos Culturales (1979), realizado un año después de aprobada la Constitución (1978), se ha caracterizado por una constante persecución en la enseñanza pública por parte de los diversos gobiernos socialistas. En Alemania ha ocurrido todo lo contrario. Desde la Constitución Alemana de 1949 hay unos Acuerdos en materia religiosa con los “landers”, en los ya ingobernables estados federados, donde están presentes la Religión Católica, el islamismo, la confesión ortodoxa  y las confesiones del Protestantismo.

La asignatura de Religión que se imparte en la enseñanza pública y privada, como en España, también es voluntaria y a diferencia de lo que es la actual LOE del gobierno nacionalsocialista, según loslanders “, tiene unas asignaturas alternativas en valores y normas éticas y morales o estudio libre, y hasta la exención si lo piden los padres, para aquellos alumnos o padres que no elijan una opción confesional.

Sin embargo hay diferencias substanciales que nuestros gobernantes deberían tomar como ejemplo, si es que de verdad se consideran demócratas defensores del pluralismo religioso e ideológico. Las horas son más que en nuestra enseñanza, de 2 a 3 horas a la semana, en tanto que en España, desde la LOGSE y ahora con la LOE, han robado horas lectivas que hacen muy difícil dar con amplitud y rigor la asignatura de Religión: de 1 a 2 horas semanales(los propios alumnos se quejan de la escasez de horas lectivas de Religión). Cualquier profesional de la enseñanza de otras materias, si es responsable y coherente, reconocería que una materia en estas condiciones de escaso horario semanal, no se imparte en las debidas condiciones académicas.

En Alemania, tanto la asignatura como los profesores de Religión no son discriminados y despojados de sus derechos académicos y laborales, como hasta ahora se ha venido practicando con los sistemas educativos socialistas en la LOGSE, y esperemos, que la LOE, corrija esta injusticia. En Alemania, el estatus del profesor es como el del resto del profesorado, con derechos y obligaciones en igualdad, como debe ser en un Estado de Derecho. Hay, pues, una defensa y protección del derecho y del deber a la enseñanza de la Religión.

Las palabras del Santo Padre a los profesores de Religión y en general a los educadores, les alienta a que tengan muy “presente en la escuela la búsqueda de Dios, del Dios que en Jesucristo se nos hizo visible”. Siendo consciente de que: “en nuestro mundo pluralista es difícil afrontar en la escuela el discurso sobre la fe. Pero no basta que los niños y los jóvenes adquieran en la escuela únicamente conocimientos y habilidades técnicas, sin recibir los criterios que dan orientación y sentido a los conocimientos y a las habilidades. Estimulad a los alumnos a hacer preguntas no sólo sobre esto o aquello –aunque esto sea ciertamente bueno- sino principalmente sobre de dónde viene y a dónde va nuestra vida. Ayudadles a darse cuenta de que las respuestas que no llegan a Dios son demasiados cortas”. (Discurso en la catedral del Munich de Benedicto XVI, “Ayudad a vuestros hijos a creer”)[2].

En España, la Iglesia Católica y los profesores de Religión, han buscado hacer realidad las palabras del Santo Padre, a pesar de las muchas dificultades y de los constantes obstáculos para impedirlo, para cercenar el derecho a la libertad de educación de las familias. Después de más 25 años de enseñanza religiosa en nuestra democracia, ya va siendo hora de que se inicie un camino coherente y el gobierno actual se olvide de esgrimir un rancio laicismo sobre la enseñanza de la Religión, y de modo prioritario, contra la Religión Católica. La Iglesia Católica, los católicos, queremos caminar por la misma dirección que la Unión Europea donde la educación no puede ser integral e integradora sin que en ella esté presente el hecho religioso-cultural. Los padres, los alumnos, la Iglesia Católica, los profesores de Religión, quieren un diálogo real y concreto y que no se utilicen más especulaciones desinformativas de ciertos grupos fácticos y de ciertos medios de comunicación para confundir y engañar, una vez más, a la opinión pública. De momento se ha de tener muy en cuenta toda una doctrina jurídica de los máximos tribunales del Estado (el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional) que han sentado jurisprudencia desde el Real Decreto 2438/1994, e incluso antes, sobre la enseñanza de la Religión. Un  gobierno democrático y no demagógico, tendrá que tener en consideración lo que dicen los tribunales de justicia, porque de lo contrario se estarían violando derechos constitucionales y la legalidad que tiene en nuestro sistema educativo la Religión.

La situación actual de la enseñanza de la Religión, además de lo ya referido, es obvio que habrá de seguir teniendo como referencia: el Art. 27.3 de la Constitución Española que habla del derecho de los  padres a que sus hijos reciban una formación religiosa y moral según sus propias convicciones; y también la referencia del Art. 27.2, que justifica jurídicamente al derecho a recibir la enseñanza de una Religión Confesional, pues, en él se habla del derecho a la educación integral, al “pleno desarrollo de la personalidad humana”.

Es incoherente la propuesta de la no consensuada Ley Orgánica de Educación (LOE), de que la Religión no sea computable, no tenga el mismo valor académico, cuando en el Acuerdo Internacional con la Santa Sede y el Estado Español (1979) y la jurisprudencia de base constitucional, se considera una asignatura en las mismas condiciones pedagógicas y didácticas que las demás y que debe tener una materia alternativa no confesional en las mismas condiciones.

La Religión Confesional y su alternativa, es inadmisible que se arrinconen, devalúen y degraden en un sistema educativo que ha de tener como principio la igualdad y la libertad. Y es incoherente porque según el Art. 27.2, la enseñanza de las religiones es necesaria para el pleno desarrollo de la personalidad y se ha de impartir con el mismo rigor académico que las demás asignaturas y tener una alternativa de contenidos serios, atendiendo siempre a “los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales” de los padres y alumnos.

Si se aplica ya de una vez y para siempre la cordura y la sensatez, daremos los pasos que nos conduzcan a una igualdad de oportunidades en una educación abierta y plural donde estén presentes los valores morales, éticos y la cultura religiosa. Sólo así estaríamos en las mismas coordenadas de calidad y libertad de enseñanza en las que se encuentra la Religión en los sistemas educativos de la Unión Europea, donde ha dejado de ser un instrumento de confrontaciones político-religiosas e ideológicas.


[1] Benedicto XVI, “Ayudad a vuestros hijos a creer”, en Documentos Alfa y Omega. 26. Benedicto XVI, en Alemania, en Alfa y Omega, nº 512/21-IX-2006.  

[2]  Ibídem.