El Estado de Derecho y la utopía del pacifismo terrorista

Autor: Diego Quiñones Estévez

Blog del autor

 

 

En el análisis de la política llevada acabo por el nacionalsocialismo laicista y triturador de España, se palpa con claridad una sumisión cobarde ante el terrorismo y el nacionalismo radical, que nos ha conducido hacia una situación límite que ha puesto al borde del suicidio colectivo al Estado del Derecho que alcanzamos con la Constitución Española de 1978.

Ni el terrorismo izquierdista, ni los nacionalismos ultrarradicales que lo protegen y miran con buenos ojos, han aceptado nunca el cumplimiento de la Constitución Española. Desde siempre, su objetivo ha sido romper con el Estado de Derecho de las libertades, de la justicia, de la democracia, de la paz, de la unidad de España, de la soberanía nacional, de la solidaridad entre todas las regiones, en definitiva, de una convivencia en la pluralidad de ideas e ideologías, de diversidades regionales, de creencias y de pensamiento.

Un gobernante mínimanente responsable, que sepa cuál ha sido la corta Historia de nuestra democracia constitucional, debería tener perfectamente claro esto, ya que los enemigos de la Constitución y del Estado de Derecho, han utilizado la sangre, las armas, las bombas, el insulto, la violencia, el chantaje, la persecución política, el odio, la ideología radical del nacionalismo nihilista, y otras formas de opresión política y social como el menosprecio por la dignidad de las víctimas asesinadas y por el dolor de sus familiares, para imponernos un horizonte totalitario sin más salida que la independencia o la autodeterminación, que atentan contra la Constitución de 1978.

Nuestros máximos responsables políticos, quieren dejarnos solos ante el terror y la fractura de España, porque en vez de hacer que el Estado nos proteja han hecho dejación de sus responsabilidades políticas y sociales. No han cumplido con el objetivo primordial para el que se crearon los Estados modernos, civilizados, democráticos y defensores de los derechos humanos: la protección del Estado de Derecho. El Estado de Derecho debe mantener y proteger el equilibrio de todos los principios democráticos y constitucionales. Si se rompen, la destrucción de todas las instituciones está asegurada.

Estamos desprotegidos cuando se nos anuncia desde el lenguaje político de la falsificación de nuestra realidad histórica y constitucional, que, hay que ceder ante el terror de aquellos que lo practican como su principal instrumento para alcanzar el poder. Se nos dice, o mejor, se nos obliga a que claudiquemos ante las negociaciones políticas al margen de la ley y del Estado de Derecho, porque si no es así, el terrorismo y sus aliados ultranacionalistas, no nos dejarán vivir en paz.

Como si nosotros, la inmensa mayoría de los españoles pacíficos, tuviéramos la culpa de no aceptar las prácticas totalitarias que llevan lanzando sus proyectiles intolerantes contra nuestra libertad a lo largo de casi cuarenta años. Nos quieren obligar a la rendición de España, a la liquidación definitiva de nuestro Estado de Derecho porque los intereses del nacionalsocialismo han roto la armonía constitucional y democrática que nos ha llevado a un desarrollo político y económico que nunca se había alcanzado antes en nuestra Historia contemporánea.

Con la insultante y vejatoria utopía del pacifismo del terror, se ha roto el equilibrio territorial, se ha roto la unidad y la solidaridad de la Nación, y ello se ha ejecutado desde el capricho de quienes nos desgobiernan sustituyendo el Estado de Derecho por el despotismo de un estado totalitario, sin libertad, sin autoridad, sin justicia para hacer cumplir las leyes que violan aquellos utópicos fracasados que tan sólo quieren imponer el terror y el poder del etnocentrismo nacionalista.