Carta a los padres católicos.

Autor: Diego Quiñones Estévez

 

 

Estimados padres católicos:


Ya va siendo hora de que toméis la iniciativa democrática para influir en aspectos tan decisivos para vuestros hijos como es la educación moral y religiosa. Por si los padres católicos no estáis enterados, los poderes políticos, sean del signo que sean, tienen que defender vuestros derechos y libertades, y no coartarlos o manipularlos según sus intereses ideológicos. El derecho a educar a vuestros hijos es vuestro, y por tanto, si decidís libremente que reciban la educación moral y religiosa que garantiza el Art. 27.3 de la Constitución Española, no podéis contentaros con delegar en los poderes públicos de turno, el destino educativo que va a marcar la vida intelectual, psicológica, moral, espiritual, afectiva y física de vuestros hijos. Ellos siempre buscarán, como la evidencia de la historia así nos lo demuestra, modelar sus mentes a la medida de sus antojos ideológicos, para perpetuarse en el poder.


Por desgracia, nuestros partidos políticos, se han olvidado de que nuestra sociedad democrática es pluralista, y dentro de ese pluralismo está la Religión como hecho histórico y social y como un derecho de la libertad de educación. Ellos, en vez de propiciarlo, se han dedicado a socavar el sentido transcendente de la vida que confiere a las personas la enseñanza de la Religión en nuestra cultura. La persona es el centro neurálgico de los sistemas educativos y formativos, la persona no es un medio o instrumento para alcanzar fines políticos de dominación política.


La pasividad es de cobardes, y por ello ya va siendo hora, después de veinticinco años de democracia, que deis la cara por vuestros hijos en la enseñanza pública y en la vida pública. La Iglesia por medio de los profesores de Religión Católica, no puede hacer más de lo que ha hecho hasta ahora: defender ese derecho de recibir educación moral y religiosa, la de recibir una educación que ayude al crecimiento completo de la persona, tal y como indica la Constitución Española en su Art. 27.2. Y quien os lo dice, es uno más, como vosotros, que trata de que ese derecho se cumpla, con toda su dignidad, en el trabajo diario de la educación religiosa de vuestros hijos, cosa que no se ha cumplido ni se cumple: 1º) porque el poder político actúa desde la intolerancia del laicismo antirreligioso y trata de diseñar una educación desde y por el estado ; y 2º) porque los poderes mediáticos siguen sus consignas y además defienden la amoralidad, la mediocridad cultural y el relativismo posmoderno del hedonismo salvaje. Ambos, siempre os han dicho y dirán, que la Iglesia de Cristo, sólo quiere privilegios, confundiendo éstos con vuestros derechos, uno de los cuales es pedir la educación integral para vuestros hijos, lo cual es conforme al derecho y sobre todo conforme a vuestros principios morales y religiosos, y acordes con la libertad de enseñanza y las libertades ideológicas y religiosas que indica nuestra Constitución (Art. 27.1 y Art. 16.1).


Pero ya ha llegado el momento de vuestro testimonio evangélico y democrático, de vuestras justas reivindicaciones como padres y educadores católicos. Tenéis que poner en práctica vuestra irrenunciable obligación, y exigir a los responsables del poder político que cumplan la legalidad constitucional y los Derechos Humanos. A vuestras familias y sólo a ellas, les compete decidir cuál ha de ser la pedagogía integral de vuestros hijos, de lo contrario no saldremos del laberinto de la desorientación donde nos han metido las irresponsabilidades de unos y la dejadez de otros.