Atraviesa la lanza el costado de Cristo.

Autor: Diego Quiñones Estévez

 

 

Atraviesa la lanza el costado de Cristo,

de donde salta, sangre y agua de Salvación,

que corre vertiginosa y rauda, astil abajo,

hasta empapar las manos del soldado romano

de mirada ciega por la venda del paganismo.

 

Sangre y agua de Eterna Alianza,

limpian las manos que en el monte Gólgota

crucificaron la Vida en la Cruz de la Historia,

cumbre de la Redención, donde Dios siempre padece

y siempre se compadece de todos por amor.

 

Longinos, el soldado de la idólatra Roma,

deja la lanza, y alza las manos a Jesús,

que a Dios-Padre entregó ya el Espíritu,

luego, las llega hasta el rostro en aflicción

para limpiar los ojos, ciegos a la Verdad,

con sangre y agua de Resurrección.

 

Longinos, recibe en los ojos la luz del Reino de Dios,

se arrodilla y adora gozoso

el corazón traspasado de Cristo,

traspasado en su pureza

por la lanzada cruenta

del poder sin justicia, sin amor y sin Dios.