El sudario de Cristo en la cruz.

Autor: Diego Quiñones Estévez

Blog del autor

 

 

Manos de amor ya suben a tu cruz

el sudario encubridor de la muerte tan cruenta

que ha desfigurado tu rostro de Dios y Hombre.

 

Con temblor, las manos tienden el sudario,

cubren tu cabeza caída en el abismo del dolor,

ocultan tus ojos cerrados por lágrimas, sudor y sangre,

tapan, con silencio, tu boca de palabra siempre viva.

 

Con piedad, mira tu Madre, miran tus discípulos,

mira el buen ladrón,

el sudario de la víctima de gran misericordia.

Miran y lloran tu cuerpo en abandono terrenal

que han crucificado,

quienes no quieren ver en tu rostro al Mesías,

y ahora se burlan y ríen,

mientras mueven la cabeza con desprecio.

 

El sudario de Cristo en la cruz,

lo acuna el viento de la Vida.

Dentro de él, el rostro oculto del Amor,

duerme, para muy pronto despertar

en el lienzo de la Resurrección.