Totalitarismo eugenésico y embriones humanos

Autor: Diego Quiñones Estévez

 

 

Nuestra desorientada España, ha entrado en el siglo XXI con la Ley de Técnicas de  Reproducción Humana Asistida y la Ley de Investigación Biomédica, que permiten la selección genética con fines terapéuticos. Se ha entrado en la legalización de la investigación con células madre embrionarias sin límites, y con ello, se han abierto de par en par las totalitarias puertas para poder investigar con embriones humanos. Las leyes de Europa y del mundo sobre esta materia y otras, no han caído en este extremismo legislativo tan irracional e inhumano: la misma ONU, ha prohibido todo tipo de clonación humana. El poder retro-progresista, trata de ocultar que no se les note la mentalidad eugenésica que practicaron los sistemas totalitarios y colectivistas del Siglo XX, contando con el respaldo propagandístico de la ciencia y de los medios de comunicación al servicio del poder y de la destrucción de la dignidad da la persona. Regresa la mentalidad eugenésica pero ahora se oculta, justificándola falsamente, con el falaz argumento de que la investigación con embriones humanos es un gran avance de la ciencia y de la biotecnología, y con el absurdo sentimentalismo de que es muy necesaria para curar enfermedades graves. El poder político, con mentalidad eugenésica, como siempre, nunca da una información pública completa y sencilla a los ciudadanos. Al contrario, se sirve de los científicos y de los medios de comunicación progresistas y demagogos para dar por normal y avanzado, el eugenismo, la condena a muerte de miles y miles de embriones humanos congelados que se utilizarán en la selección y experimentación genética: se escogen los más aptos y se destruyen los no aptos. A esto es lo que el científico Jacques Testard, en “Le Désir du gène” (1994) llama: EUGENESIA DEMOCRÁTICA = sacrificio-cosificación de la dignidad de la persona, en aras del perfeccionamiento genético de la especie humana para alcanzar el “superhombre” del pragmatismo relativista, del cientifismo, de la tecnocracia, en definitiva, el dios terrenal nacido del nihilismo de Friedrich Nietzsche (1884-1900). También se justifica, en que será una decisión individual de las personas, que se contará con el consentimiento informado de los progenitores, los cuales voluntariamente se someten a esas pruebas genéticas que tienen una clara finalidad eugenésica, una totalitaria mentalidad eugenésica que se entiende cuando, por ejemplo, se busca tener un hijo normal o perfecto, a costa de sacrificar, de matar a varios embriones humanos: ¡Todo está permitido en nombre del eugenismo de mercado! Los gobernantes y sus científicos, deciden quién es o no es ser humano, y cuándo y cómo ha de dejar de serlo. Es la misma mentalidad obsesionada por una sociedad perfeccionista, sana y productiva, cuya única meta en la vida de la persona es que se nazca perfecta, se desarrolle pluscuamperfecta, para producir y vivir disfrutando mejor, y cuando ya no sirves, se te aplica la eutanasia activa o pasiva que no busca otro interés que evitar costes socio-sanitarios. El totalitarismo eugenésico no tiene en cuenta que el ser humano es tal desde el principio, ya sea desde que es cigoto pasando por sus posteriores estadios de desarrollo (embrión y feto), hasta el final de la vida. El embrión es un ser humano, y las ambigüedades conceptuales de la ciencia y sus propagandistas del utilitarismo eugenésico, llamándolo pre-cigoto, pre-embrión o una simple masa de células, no tienen sentido, porque la misma ciencia demuestra que el zigoto y el embrión son cuerpos humanos, y además, en todo ser humano “la unidad del alma y del cuerpo es tan profunda que se debe considerar al alma como la “forma” del cuerpo, es decir, gracias al alma espiritual, la materia que integra el cuerpo es un cuerpo humano y viviente; en el hombre, el espíritu y la materia no son dos naturalezas unidas, sino que su unión constituye una única naturaleza” constituida por la presencia de Dios, que ha creado a la persona humana a su imagen y semejanza. “Cada alma espiritual es directamente creada por Dios -no es “producida” por los padres-  y es inmortal.”