Hablando con Dios

Autor: Diacono Diego Chávez

 

 

Mi Dios, hoy quiero hablar contigo,
contarte mis penas, también mis alegrías
todas mis ilusiones y mis fantasias,
pero solos Tú y yo, sin un testigo.

Quiero decirte lo mucho que cuesta
ir sirviendo a los demás sin interés,
por eso necesito Señor que Tú me des
para muchas preguntas, la respuesta.

Yo siembro rosas por donde Tú caminas
y las voy regando con lágrimas de amor,
pero nunca he cosechado ni una sola flor,
sólo hojas muy secas y muchas espinas.

¿Por qué hay tanto egoísmo en la tierra,
la mentira y la maldad se proliferan
como si todas las naciones quisieran
que el mundo se termine en una guerra?

¿Por que no hay paz y amor en cada hermano
y muy juntos caminar al infinito,
en busca de lo eterno y lo bendito
imitando a aquel Buen Samaritano?

Me gusta ir dando todo lo que puedo,
con una amplia sonrisa de satisfacción
Tú lo sabes Señor, que no tengo ambición,
que a veces por dar tanto sin nada me quedo.

Pero quiero seguir dando cada día más,
que pueda ser siempre útil instrumento,
sin ninguna pena, ni un solo lamento
pueda llegar un día donde Tú estás.

Va creciendo mi fe cuando contigo hablo,
en todos mis proyectos Tú estás presente
¡cuántos recuerdos vienen a mi mente!
Maria, José, los Magos y el establo.

y en tanta belleza que tu mano hizo
para aliviar al mundo de sus penas,
nuevos horizontes, ciudades sin cadenas
y Dimas junto a Ti en el Paraíso.

Yo estoy arrepentido de cada mala acción
y de todas esas mis miserias humanas,
sin más tardes gríses, ni tristes mañanas,
con el alma en las manos, pedirte perdón.