Las drogas estigmatizan

Autor: Clemente Ferrer Roselló

 

 

La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción ha divulgado una campaña publicitaria bajo el eslogan "Todo tiene un precio". Busca concienciar a la sociedad sobre la presencia de los estupefacientes como un producto de lleva despilfarro, banalizando su significado y sus peligros. La idea creativa de la acción descansa sobre la aseveración: "Lo más peligroso de las drogas es olvidarnos de lo que realmente son".

Por otra parte, España es el primer terruño del orbe en el derroche de cocaína. En el año 2007 ha prevalecido a los Estados Unidos y cuadruplicado la media occidental, según ha revelado la ONU, siendo la población compradora las comprendidas entre las 15 y 64 añadas.

El Congreso de los Diputados, a través de la Comisión de Interior, impugnó por un desahogado quórum la despenalización del derroche de alcaloides, de modo especial el cannabis. La propuesta fue exhibida por Izquierda Unida. La parlamentaria del Partido Popular, Ana Belén Vázquez, aleccionó que despenalizar el consumo de narcoticos sería un "genocidio", entretanto su compañero del PSOE, Antonio Hernando, expresó que más que legitimar las drogas, hay que "prevenir desde los cimientos", como se ha hecho con la Ley del Tabaco.

La droga se trajina en un entorno marginal de indigencia y malaventura. Son los mil chamizos en los que residen otros tantos clanes que vegetan en situaciones quebradizas. Hace un tiempo, la totalidad de los que constituían estos núcleos eran hispanos de etnia calé, a esa población se ha ido uniendo, con la arribo del éxodo, lusitanos, rumanos, de la misma estirpe procedentes del Este de Europa, musulmanes, subsaharianos, entre otros.

En estos suburbios de chozas no se cuenta el que alcanza las cuatro décadas de existencia: la Cañada Real Galiana, donde se conservan más de 2.000 chamizos clandestinos y más de 40.000 mortales de distintas patrias, que por sus exclusivas peculiaridades, no se considera un arrabal chabolista usual.

Lo endeble y frágil de las edificaciones, la escasez de manga de agua potable, de luminaria y de las exiguas condiciones sanitarias más la depauperación, son el entorno rutinario. Asombra mirar de arriba abajo a los críos contentos, andrajosos o desnudos, indiferentes a su cruel realidad, retozando entre la bazofia y los acopios de basura. El espectáculo es tan maléfico que origina denteras.

Una humanidad aparte es la que brota en sus ajados moradores que, hace tiempo, renunciaron a la lucha por su acomodo. Con el estigma que provoca la marihuana, la fijeza hueca, y apenas sin mantenerse firmes, se mueven amasando jeringuillas usadas, para canjearlas por otras sin estrenar y trajinarlas.

Las ganancias del hipermercado de las drogas ha conseguido los 500.000 euros cada lance, provenientes de las mas de tres mil drogadictos que han aparecido en los 70 asentamientos de transacción.

El vacío de Dios, ¿no lleva a la desesperanza? La desesperanza conduce a la desumanización. El hombre sin Dios se deshumaniza y se hace enemigo hasta de sí mismo