Vivir la santidad

Autor: Claudio De Castro

 

 

Unos años atrás asistí a una boda en un poblado que estaba en plena montaña, a una hora de la carretera principal. Luego de la ceremonia el sacerdote me confió su tristeza porque lo cambiaban a menudo de poblados y no tenía tiempo para evangelizar como era su deseo.
«Sea santo —le recomendé—. Si usted es santo, con su ejemplo ayudará a los demás a ser santos.
«Es verdad —reconoció emocionado—, tiene usted razón. Me esforzaré por vivir la santidad».
He pensado en este buen sacerdote por su ilusión de servicio y espíritu de sacrificio.
Con nosotros ocurre igual. Mi mal ejemplo podrá arrastrar a muchos por el camino de la perdición. Mi conversión podrá llevar a muchos por el camino de la salvación.
¿Te gustaría ser santo? La Iglesia y el mundo necesitan nuevos santos. Personas como tú.
Pero, ¿qué debo hacer?
Nada imposible, ni lejos de tu alcance. «¿Qué es lo que pide Jesús a las almas? —escribió una mística— Amor».
«Si alguno me ama... mi Padre le amará y vendremos a él y en él haremos nuestra morada» (Jn 14,23).
Si me amáis... he aquí la única condición que nos pide el Señor para ser amados y visitados por Él, para venir a nuestra alma y establecer en ella su mansión. Eso es la verdadera santidad: unión con Dios. Y esta unión sólo se realiza amando. Amor es lo único que el Señor nos pide para poderla realizar».
Jesús te llama a la santidad. ¿Qué responderás?