¿ La religión me aburre ?

Autor: Carlos Vargas Vidal 

 

 

No hay duda que el aburrimiento forma parte de nuestras emociones, no muchas veces aprobadas por la razón. Es decir, ni bien deducidas ni bien pensadas. Pero, fastidio al fin. 

Casi todos los días las páginas de opinión nos traen uno o más escritos sobre el acontecer político. Y aunque el diario pretenda ser serio, por allí se cuelan sin sustento serio, más de un fanfarrón y una falsedad. Trocando a la mentira en verdad y a los lectores en papanatas. Pero hasta donde tengo memoria, nadie se ha aburrido de tanto engaño.  

Sobre Religión se escribe menos aunque, muchas veces, sin sustento de la seriedad de la información. Para empezar se parte de una falsa inteligencia racionalista de la religión que desconoce la realidad pluridimensional de la misma. Se escriben cada cosa que solo demuestra la ignorancia del tema. Las religiones son fenómenos polifacéticos y complejos. Pero con tal de hacer juicio hasta denigrantes se tergiversa la historia, la filosofía y la ciencia de la religión.

Quien tan solo ha estudiado la derivación etimológica de la palabra religio se encontrará que para la fe cristiana la religión es el «vínculo de la piedad» que enlaza a Dios y a los hombres y mujeres. Como bien dijera San Agustín, la verdadera religión es la que nos ata a Dios, del que nos habíamos desatado, y con ella volvemos a reelegirlo. Y quien apenas ha leído algo sobre los primeros cristianos, de la época apostólica, esos que formaron la iglesia primitiva, verá como una oscura secta palestina se convirtió en una religión original y universalista, tanto por su espíritu como por sus adherentes.  

Todo esto, desde luego, nada viene a hacer si no existiera de por medio la tradición bíblica y el hecho histórico de Cristo. Para el que no cree en estos dos factores bástale seguir su propio camino. Eso sí, con el debido respeto por los demás. Para el que cree hay mucho más. Sobre todo, que la religión es el medio que nos enseña cierto número de verdades que se refieren a Dios y que conocemos como verdades religiosas. Una de ellas es que la vida eterna consiste en conocer al único Dios verdadero y a Jesucristo, su enviado (Jn 17,3). 

La religión es también la ciencia más digna porque estudia cuanto hay más digno de aprecio que es Dios. Y es lo más necesario porque el hombre puede salvar su vida con solo su conocimiento y su práctica.  

La ignorancia religiosa no deja de ser un grave mal. Uno de ellos está en que damos por seguro el testimonio de quienes no creen en Dios, como si el testimonio de Dios no fuera mayor que el testimonio de los hombres (1 Jn 5,9). Creer en Dios no es solo un asunto de fe. Aún cuando la fe es perfectamente racional. Lo que es irracional es pretender que Dios quepa dentro de nuestro entendimiento como si no fuera Dios. ¿Y por qué ese empeño de querer hacernos creer que solo vivimos de creencias?  

Mas que aburrirnos la religión, debería fastidiarnos el hecho de que algunos indoctos o incrédulos se ocupen de ese tema que solo busca llevarnos a Dios, para nuestro bien.