"Si Lucas no mira, no lo hago"

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

 

   

  

Pasaba yo un día por delante del jardín de un Kindergarten, a tiempo justamente de ver la siguiente escena. Los pequeñitos niños y niñas estaban sentados en un banco sin respaldo mirando al centro donde uno de ellos estaba de pie. La profesora le dijo: "Haz el pino ahora, y que todos vean qué bien lo haces." El muchacho parecía dispuesto a agacharse, apoyar la cabeza y las manos en el suelo sobre la hierba, y levantar las piernas en vertical, que por cierto es una postura de Yoga llamada "shirsásana" o "postura de la cabeza". El pino.

El joven yogui se volvió para mirar a sus compañeros sentados, vio que uno de ellos estaba sentado al revés, es decir, de espaldas y mirando hacia el otro lado para no ver, y dijo resuelto: "Si Lucas no mira, no lo hago." Y se cruzó de brazos.

Complicadas relaciones sociales desde la infancia. La profesora intervino y consiguió que el rebelde Lucas se sentara mirando hacia delante. El yogui comenzó su acrobacia..., y Lucas cerró los ojos. Seguía sin querer ver las proezas de su enemigo.

El yogui estaba ya enderezando las piernas en alto cuando perdió el equilibrio y se cayó hacia un lado sobre la hierba. Lucas, que a pesar de haber cerrado los ojos los tenía medio abiertos para espiar, los abrió del todo y comenzó a reír y aplaudir.

El yogui, tendido sobre la hierba, lloraba.

Yo seguí adelante mi camino.