Salmo 116 - Breve plegaria

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

 

 

Este es un gran salmo con una larga lección. Porque es el más breve. Y, con todo, tiene la fuerza y la belleza del más largo. Nos recuerda las palabras de Jesús: “Al orar, no charléis mucho, como los gentiles, que se figuran que por su palabrería van a ser escuchados. No seáis, pues, como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que necesitáis antes de pedírselo.” (Mateo 6, 7) Por eso tampoco ha de ser largo su comentario. 

La oración no es larga por necesidad; y, si siento de veras lo que rezo, la intensidad del sentimiento puede compensar con creces la brevedad de la plegaria. 

Pongo en mi oración una palabra de alabanza, la presencia del grupo y el horizonte de la humanidad entera, mi fe en la misericordia de Dios y la fidelidad de su promesa de salvación... y surge la oración perfecta. 

“Alabad al Señor todas las naciones, 
aclamadlo todos los pueblos: 
firme es su misericordia con nosotros, 
su fidelidad dura por siempre.” 

Ese es el salmo entero. La vida entera.