Misa a las once

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

 

     

El párroco de Chiloé, la gran y bella isla al sur de Chile, me contó sus primeras aventuras en su nueva parroquia. La misa de los domingos era a las 11, y así la mantuvo él las primeras semanas. Luego llamó a los responsables de la comunidad y les propuso:

- Hasta ahora veo que la misa de los domingos es a las 11.
- Ya, padre.
- ¿Tendrían dificultad en tenerla a las 10 en vez de las 11?
- No, padre.
- Entonces el próximo domingo ¿vendrán todos ustedes a las 10?
- Ya, padre.
- Los espero a las 10.
- Ya, padre.

Los esperó a las 10 y no vino nadie. Y a las diez y media tampoco. A las 11 se presentaron todos como siempre y se tuvo la misa. El párroco se reunió con los representantes a la salida y les dijo:

- Veo que prefieren la misa a las 11 como antes.
- Ya, padre.
- Entonces, ¿por qué no me lo dijeron cuando les pregunté?
- Por no enojarlo, padresito.

Y el padresito no se enojó. Estaba aprendiendo a comprenderlos.