Me contáis

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

   

  

Me habéis preguntado sobre el sentido del cuento Zen de la vez pasada en el que un hombre se cae de noche por una ventana, se agarra mientras puede, se suelta al fin y cae al suelo... que estaba a medio metro de sus pies. ¿Por qué cuentan este cuento los maestros Zen?

Lo cuentan para que nos soltemos. ¿De qué nos tenemos que soltar? De todo. ¿Qué es todo? Todo. No pasa nada con soltarse. Se toca tierra. El desprendimiento es el arte de la vida.

También os intrigó a algunos el "Dios con atributos" y el "Dios sin atributos" de la teología india. Quizá os suene más familiar otra terminología también popular en la India. Bhakti Marg, o "Camino de la Devoción", y Gnana Marg, o "Camino del Conocimiento". La devoción establece la oración, la petición, la confianza, el cariño. El conocimiento llega al "nada, nada" de san Juan de la Cruz o al "no es esto", "no es esto" de la India. Todo ayuda a su tiempo.

Algunos, también, interpretaron mal la palabra "antropomórfico" al hablar de Dios. Como si quisiese decir "sin forma", pero no es así. "Sin forma" es "amorfo", mientras que "antropomórfico" quiere decir "en forma de hombre" (anthropos + morphe), es decir, un Dios "hominizado". Proyectamos sobre Dios la imagen que tenemos de nosotros mismos. Voltaire dijo: "Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza, y el hombre se vengó haciendo a Dios a su imagen y semejanza." Nos olvidamos de que Dios es distinto, infinito, absoluto, transcendente. A eso venía el "Dios sin atributos".

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