Me contáis

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

   

  

Alguien me pregunta delicadamente: "¿Por qué no hay conversiones de musulmanes al cristianismo?" Un amigo musulmán me iluminó una vez en este punto. Me dijo: "Ustedes los cristianos llevan su religión en la cabeza. Para ustedes la religión es cuestión de fe, de creer, de aceptar una doctrina. Nosotros los musulmanes llevamos nuestra religión en el cuerpo. Nuestra oración son posturas y voces, nuestra fuerza es el grupo unido en postración en el lugar santo, nuestra disciplina es el ayuno del Ramadán, nuestra caridad es la limosna, nuestra dirección es la Meca, nuestro ideal ir en peregrinación allí. Todo nuestro cuerpo participa en nuestras prácticas religiosas. Cambiar de religión sería casi cambiar de cuerpo. Y eso no se hace." Ambos coincidimos en que la religión ha de estar ante todo en el corazón. Y en que no se trata de proselitismo sino de ecumenismo. Queremos aprender unos de otros. A mí personalmente me ha ayudado la idea de mi amigo musulmán. El cuerpo es importante.

Otro me pide le dé una definición de qué es "delicadeza", palabra que él oportunamente ha notado que yo uso mucho. Se me ocurre decir: "Delicadeza es caer en la cuenta de que otras personas existen... y obrar en consecuencia." Ojalá lo hiciéramos siempre así.