Me contáis

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

   

  

Me gustó la expresión. No se usa en España, aunque se entiende perfectamente, pero es corriente en Latinoamérica. Me decía que no hizo algo porque no le agradaba, no lo sentía, no le salía de dentro, y lo expresó así: "No lo hice porque no me nacía."

"No me nacía." Los verdaderos deseos nacen. Nacen por sí solos, nacen en el fondo del alma, nacen callados pero fuertes, claros, decididos. Si nacen se les ve enseguida, y si no nacen no hay manera de hacerlos nacer. Su independencia es su autenticidad.

Decisiones, opciones, discernimientos, determinaciones. Nacen. Las verdaderas salen de dentro, se forman en el subconsciente, asoman por sí solas, nacen.

La madre sabe cuándo lleva una vida dentro, cuándo se agita, cuando va a nacer, cuándo nace. Y los deseos son los hijos del alma, y el alma está en el cuerpo.

Aprendamos a fiarnos de nuestro organismo, a leer nuestra conciencia, a observar nuestro interior, a sentir nuestro cuerpo. Ahí nace todo lo bueno.