Buenos modales

Autor: Padre Carlos G. Valles, S.J.

Web: Carlos G. Vallés

 

   

  

La impresora del ordenador me avisa que cambie el cartucho, pues se le está acabando la tinta. No le hago caso, porque sé que son puras amenazas sin fundamento. Sigo imprimiendo, y al cabo de muchas páginas vuelve a aparecer la amenaza: "La tinta en el cartucho de impresión escasea." Sigo imprimiendo sin hacer caso. Una tercera amenaza. Ni caso. Se cansa de amenazarme, y al fin, cuando había impreso el doble de páginas de antes que apareciera la primera amenaza, noto que una página se imprime débilmente, y entonces sí, cambio la tinta. Si hubiera hecho caso la primera vez, hubiera perdido medio cartucho.

Y aquí viene lo bueno. El ordenador contraataca. Se venga. Cuando pongo el cartucho nuevo en la impresora, me suelta en pantalla otra de sus ventanillas insultantes: "Cartucho de tinta incompatible." Y no imprime. Lo saco, lo vuelvo a meter. La misma pancarta insolente. Incompatible. Lo saco, lo miro bien, compruebo: "Cartucho de tinta para la impresora HP Deskjet 950". Es la mía. Pero me dice que no encaja. Veremos. Apago el ordenador. Vuelvo a encenderlo. Meto el mismo cartucho de tinta exactamente como antes. Imprime perfectamente. Como si tal cosa.

Yo sé que lo ha hecho por pura venganza por no haberle hecho yo caso primero. Se guarda todo el resentimiento y se aprovecha de la primera ocasión que tiene para fastidiar. En eso sí que funciona bien. Se ha equivocado dos veces, al decirme que no había tinta y al decirme que era incompatible. Y no da el brazo a torcer. Lo menos que podía hacer era sacar una de esas ventanitas suyas en que dijera: "Me equivoqué. Pido disculpas." Pero de eso nada. No le han enseñado buenos modales. Y eso es una pena, porque dicen que un día nos mandarán los ordenadores.

Al menos podía disculparse Bill Gates.