¡Aún late el corazón!

Autor: Carlos Artusa   

 

Jesús ha nacido, la alegría de la Navidad fluye de nuestro corazón, él es el 
niño Dios, él es el que nos viene a traer la buena nueva a los pobres, el 
que viene a liberar a los cautivos, a los oprimidos; a decirnos que tenemos 
un Padre lleno de bondad y misericordia, que perdona nuestros pecados. 

Él viene a liberar a los cautivos, los de las drogas, los del alcohol, los de 
los vicios, Él tiene el poder de liberarte, él viene a dar vista a los ciegos que no ven la belleza de la creación, a sanar a los que están enfermos, en cuerpo y alma, porque Él es la vida y la vida en abundancia, viene a poner en libertad a los oprimidos, tanto por las injusticias como también por el pecado, que nos quita la paz del alma; el viene a decirte que mires a tu hermano... no... por lo que tiene sino por lo que le falta; él viene a darte alegría y esperanza, a quedarse en tu corazón, no permitas que nada ni nadie te robe la esperanza, muéstrale a los que no creen, a los pesimistas, a los que no tienen fe; que todavía, todavía, hay muchos, muchos hombres y mujeres que visitan hospitales, alentando a los enfermos; que van a los geriátricos, dándoles cariño a nuestros abuelos, que dan de comer a los chicos, con lo poco, muy poco que juntan, que van a los psiquiátricos dando amor a los abandonados, y desamparados, que lo dan todo, todo sin esperar nada a cambio.

Porque está en nuestra alma, la lámpara encendida, porque Jesús late en 
nuestro pecho, porque a pesar de todo, y contra todo la estrella de Belén, 
brilla más que nunca en el cielo azul, por eso no bajes los brazos, no lo 
permitas, no lo aceptes, no dejes jamás; jamás que nadie ni nada te robe la 
esperanza, que aún en este tercer milenio que comienza aún late el 
corazón embriagado de amor y que aún, aún es tiempo de alegría y esperanza.