Las mujeres del Evangelio

Editado por Escuela Bíblica de la Axarquía (Con Licencia Eclesiástica)

Autor: Camilo Valverde Mudarra 


INTRODUCCIÓN

 

 

El Evangelio es la beneficiosa noticia de salvación, el mensaje redentor que anunció Jesucristo a todo hombre con su venida a este mundo. Expresa los actos y palabras más transcendentes de Jesús; no tiene la finalidad de redactar su biografía detallada, ni exponer por entero el contenido de su doctrina.

Los relatos evangélicos, antes de ser plasmados en los textos, se transmitieron de modo oral; los hechos y las ideas de Jesús, conservadas vivas por los discípulos, iban pasando cuidadosamente, de boca en boca, formando un corpus sistemático y reiterativo en la tradición cristiana, de la que surge el Evangelio, uno y único, a pesar de hallarse redactado en cuatro escritos.

En una época en que la mujer era un ser sin entidad social ni jurídica, es significativo que estos cuatro autores hayan recogido varias escenas y situaciones en que figura la mujer. Debieron de ser de gran relieve e interés para que quedaran en la memoria colectiva

            En el Evangelio, se encuentran cuarenta y cinco casos y referencias sobre la mujer, unos propios y otros paralelos compartidos con otro u otros evangelistas. De ellos, once expone San Mateo; nueve, San Marcos; dieciséis, San Lucas y nueve, San Juan, con la alusión implícita a la maternidad de la Virgen María en el Prólogo; contando los lugares paralelos una sola vez y sumando los lugares propios, tenemos veintiséis casos, en los que se habla (con cuatro de la Genealogía y cinco discípulas) de treinta mujeres.

En el cuadro sinóptico que sigue, marcamos, en letra cursiva, los lugares paralelos y en negrita, los propios: 

                                                              





                MATEO                

MARCOS

LUCAS  

JUAN

 

 

 

Prólogo 1,14

Genealogía de Jesús 1,2-17

 

 

 

Raquel  2, 18

 

 

 

 

 

Isabel  1, 5-25

 

 

 

La V. María 1,26 - 2,52

 

 

 

Ana  2, 36-38

 

 

 

 

Caná 2,1-11

 

 

 

la samaritana 4, 4-30

La suegra de Pedro 8, 14-15

1,29-31

 4, 38-39

 

 

 

Viuda de Naím  7, 11-17

 

 

 

La pecadora  7, 36-50

 

 

 

 

La adúltera 8,1-11

 

 

 

Marta y María 11,1-44

 

 

Seguidoras 8,1-3

 

La hija de Jairo   9, 18-26

 5,21-43  

 8, 40-56

 

La hemorroísa   9, 20-22

5, 25-34

 8, 43-48

 

Herodías   14, 3-12

6, 17-29

 3, 19-20; 9, 7

 

La cananea   15, 21-28

7, 25-30

 

 

 

 

Marta y María 10,38-41

 

 

 

La elogiadora 11, 27

 

 

 

La posesa 13, 10-17

 

 

12, 41-44

V. óbolo 21, 1-4

 

Unción de Betania   26, 6-13

14, 1-9

 

12, 1-11

La criada   26, 69-72

14, 66-72

22,54-57

La portera  18, 15-18

La esposa de Pilatos 27, 19

 

 

 

Discípulas 27,55-56.61; 28,1-10;

 M. Magdalena 28,1.9-10

15,40-41. 47; 16, 1-11 16,9-11

23,49.55-56;  24,1-12

24,10

19,25; 20,1

 

20,2-18

 

 

 

He ahí a tu Madre 19,25-27

San Marcos no tiene ningún relato exclusivo, porque es el primero que escribe y su texto luego lo utilizan los otros, los cuales añaden algo nuevo. Extraña que no hable de la Virgen María. Hay que señalar que San Lucas es el que más extensamente trata de la Virgen y de la infancia de Jesús; así como el que más casos de mujer aporta. Se puede decir que el suyo es el evangelio de la mujer.

En la configuración literaria del cuarto evangelio, la mujer desempeña un papel primordial. Las tres partes de este evangelio, llamadas libros, se inician con pasajes femeninos: El libro de los signos: La mujer, María, arranca el primer milagro en las bodas de Caná (Cap. 2). El libro de la pasión: Marta y María en la resurrección de Lázaro (Cap. 11) y María unge los pies del Señor (Cap. 12). El libro de la resurrección: María Magdalena fue la primera en anunciar la resurrección de Jesucristo (Cap 20). Su valor simbólico es constante. Recoge siete relatos de mujer (Bodas de Caná), (La samaritana), (La adultera), (Marta y María), (La unción de María) (Madre universal: He ahí a tu madre) y (La Magdalena), que no aparecen en los sinópticos, excepto la Madre, que lo inicia y María Magdalena que lo cierra; siete es número simbólico de sacralidad y plenitud, tal vez de evocación de los siete días del Génesis, indicando que Cristo vino a realizar la nueva creación. Se sabe que, junto con los discípulos, acompañaban al Maestro un grupo de varias mujeres y se puede suponer que en su vida conocería a muchas más. El hecho de que el evangelista seleccione estas siete referencias femeninas responde a un acto reflexivo cargado de significación en el conjunto del libro.

Ante la variedad de casos y de mujeres que aparecen en el Evangelio, se podía haber optado por colocarlas en orden alfabético; o, tal vez, haberse atenido al orden de aparición y, en fin, como hemos preferido, agruparlas teniendo en cuenta alguna característica común o rasgo que las conecta.

Hemos querido que la primera sea la Virgen María por ser LA MUJER por excelencia, LA ÚNICA, así con mayúscula.

Al estudiar las mujeres del Evangelio, lo verdaderamente sorprendente es la actitud digna y respetuosa de Cristo ante ellas y que apenas hablen en los evangelios. Si iban con Jesús tenían que intervenir tanto o más los hombres. En el evangelio apócrifo de la Magdalena, de cuarenta veces que los seguidores de Cristo intervienen, treinta y nueve lo hacen las mujeres. Sorprende, pues, que en los evangelios canónicos los hombres tomen parte activa y las mujeres casi no digan ni una palabra.


                     Cap. I. LA VIRGEN MARÍA: LA MUJER 

 

        (Puede leerse en estas mismas páginas de AUTORES CATÓLICOS en la sección "Reflexiones Marianas").