La Pascua del Hijo del Hombre: Mt 26-28

Autor: Camilo Valverde Mudarra  

 

 

Introducción:

 

            En realidad, la sombra de la cruz se proyecta sobre todo el evangelio. Jesús encuentra oposición  desde su mismo nacimiento. La pasión no es para San Mateo un final casual o inesperado de la vida de Jesús, sino su desenlace natural.

            Mateo, al redactar estos capítulos, tuvo muy presente el relato paralelo de Marcos, pero lo adapta a la situación de sus destinatarios. De ahí que los personajes están mejor caracterizados, muchos episodios ganan en claridad y son muchas más las referencias al Antiguo Testamento. Su principal intención es presentar a Jesús como el justo que lleva hasta sus últimas consecuencias la obediencia a la voluntad de Dios, así como las distintas actitudes que se dan ante él en este momento crítico de su vida.

            En la lectura del relato de San Mateo, es difícil permanecer fuera del drama que en él se desarrolla, pues los cristianos de todos los tiempos podemos reconocer nuestra propia adhesión a Jesús en las respuestas de aquellos que lo rodearon en los últimos momentos.

 

Anuncio: 26,1-16

Cena:

26,17-35

Getsemaní:

26,36-56

P.judío: 26,57-27,10

P.romano:

27,11-31

Muerte:

27,32-56

Sepultura:

27,57-66

Resurrección:

28,1-20

.complot contra Jesús: 

26,1-5

.cena con los discípulos:      26,17-19

.oración en Getsemaní:

26,36-46

.ante el sanedrín:      26,57-68

interrogatorio de Pilato:           27,11-14

crucifixión  27,32-44

.entierro:           27,57-61

.anuncio de  resurrección  28,1-10

.unción en Betania:          26,6-13

.anuncio de la traición de Judas:

26,20-25

.arresto:               26,47-56

.negaciones de Pedro:      26,69-75

.el pueblo pide muerte de Jesús:                27,15-26

.muerte:        27,45-56

.sepulcro custodiado:        27,62-66

.soborno de los guardias  28,11-15

.traición de Judas:

26,14-16

.Cena pascual:           26,26-30

 

.llevan a Jesús ante Pilato:

27,1-2

.soldados se burlan de Jesús:                27,27-31

 

 

.misión universal de  discípulos:    28,16-20

 

.Anuncio del abandono y negación:

26,31-35

 

.la muerte de Judas:      27,3-10

 

 

 

 

 

 

Ideas principales de cada perícopa:

 

1.      EL ANUNCIO: 26,1-16

 

San Mateo introduce en el drama de la pasión narrando tres escenas llenas de contraste en las que presenta de forma concentrada las diversas actitudes de los que rodean a Jesús: sus adversarios, sus discípulos, una mujer y Judas.

 

            Complot contra Jesús: 26,1-5 Las palabras de Jesús a sus discípulos (Mt 26,2) se hacen eco de los repetidos anuncios de la pasión y ponen de manifiesto que Jesús acepta su destino. Mientras que Jesús asume y proclama abiertamente su destino de muerte, los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo traman en secreto y con cautela un plan que conduce al mismo fin. Todo se sitúa en el marco de la fiesta judía de la Pascua, que conmemoraba la liberación del pueblo de la esclavitud de Egipto.

 

            Unción en Betania: 26,6-13  De nuevo Mateo subraya el contraste entre dos actitudes: la de la mujer que unge a Jesús y la de los discípulos, que interpretan este gesto como un despilfarro.

            Sorprendentemente esta mujer encarna la actitud que debe tener el auténtico discípulo de Jesús. La reacción de los discípulos al gesto de la mujer es un resumen de lo que será su respuesta a Jesús en el trance de la pasión: la incomprensión primero y el abandono después.

            Estas dos posturas ante Jesús en su hora decisiva son una invitación a preguntarnos cuál es la nuestra.

 

            Traición de Judas: 26,14-16 La tensión crece al constatar que el plan de los sumos sacerdotes y ancianos del pueblo encuentra un aliado ente los mismos discípulos de Jesús.

            Mateo ve en Judas, no sólo al discípulo que traicionó a Jesús, sino también el modelo del antidiscípulo, es decir, de los discípulos que rompen definitivamente su vinculación con Jesús. El motivo de la deserción es la ambición del mísero dinero, treinta viles monedas. Se cumple una profecía del A.T. Y todo el proceso sucede según el plan de Dios.

 

2.      LA CENA: 26,17-35

 

            Cena con los discípulos: 26,17-19 Se describen los preparativos del banquete que tiene lugar en el marco de las fiestas de pascua, fiesta de liberación que conmemoraba la salida de Egipto. En el marco de esta celebración Jesús inserta unos gestos sencillos que resumen el sentido de su vida e interpretan el signo misterioso de su muerte.

            Su entrega tendrá como contrapunto la traición de Judas, el abandono de sus discípulos y la negación de Pedro.

 

            Anuncio de la traición de Judas: 26,20-25  El anuncio de la traición de Judas introduce el plan de muerte contra Jesús en el marco del banquete pascual.

            Jesús conoce todos los detalles del complot, pero sabe que su entrega responde al plan de Dios manifestado en las Escrituras. Con gran dominio de la situación se dirige a sus discípulos para identificar al traidor y anunciar el destino que le aguarda.

            *Todos, menos Judas, le llaman Señor, reconociendo su autoridad y su poder.

            *Judas, sin embargo, le llama Maestro (rabbí), como los adversarios de Jesús y que tiene para Mateo un significado negativo. Judas habla como los enemigos de Jesús, porque no ha comprendido que él es el Señor. Su suerte será la misma que espera a todos los que traicionan y entregan a Jesús.

 

            La cena pascual: 26,26-30 Durante la cena Jesús confiere un significado especial a la entrega del pan y del vino. Las palabras que acompañan a ambos gestos resumen lo que ha sido su vida y su misión: una vida entregada y derramada por todos. Su muerte es el desenlace lógico de una vida así. Por eso, estos gestos y palabras de Jesús interpretan también el sentido de su muerte. Su entrega será la realización definitiva de la misión que el Padre le había confiado antes de nacer: salvar a los hombres del pecado.

            Este pasaje está relacionado con los relatos de la multiplicación de los panes, con todo su rico simbolismo.

            Los gestos de Jesús nos sitúan en el horizonte de su muerte, pero ésta no es la palabra definitiva. Detrás de ella se encuentra el reino del Padre, en el que Jesús beberá un vino nuevo junto con sus discípulos. Es la primera alusión a la resurrección.

 

            Anuncio del abandono y negación: 26,31-35 En el camino hacia el monte de los olivos, Jesús predice el abandono de sus discípulos y la negación de Pedro, lo mismo que había predicho la traición de Judas. Jesús conoce lo que va a suceder y así aparece con más claridad que acepta libremente su destino según la voluntad del Padre.

            También entra dentro de los planes de Dios el abandono de los discípulos (Zac 13,7). Ante la cruz, el rebaño de Jesús, sus discípulos, su comunidad, se dispersa. Pero él los congregará de nuevo, después de resucitar, en Galilea, para enviarles a anunciar el evangelio.

            Hasta Pedro, el discípulo más cercano de Jesús, experimenta el escándalo de la cruz hasta el final.

 

3. GETSEMANI: 26,36-56

 

            Oración en Getsemaní: 26, 36-46 La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní es una de las escenas más impresionantes del relato de la pasión. Se acerca el momento. Jesús tiene que sellar con su sangre la nueva alianza que ha anticipado en la cena, entregando su vida por todos. Es un trago amargo, que le hace experimentar intensamente el miedo y la angustia. Getsemaní es paso obligado en el camino que va del cenáculo al calvario. Mateo se fija más en la oración de Jesús como ámbito en el que se comprende y acepta la voluntad del Padre.

            A lo largo de todo el relato de la pasión Mateo resalta el dominio de Jesús sobre los acontecimientos. Ahí está su drama profundo. Experimenta la dificultad de aceptar su muerte como camino obligado para que se manifieste el designio salvador de Dios.

            Pero en el diálogo personal con el Padre, en actitud obediente, acepta su voluntad como designio de amor en el hágase tu voluntad (Mt 6,10; 26,39.42). Los discípulos no son capaces de orar con él y por eso abandonan a Jesús y sucumben en las pruebas.

            En la oración Jesús ha encontrado fuerzas para llevar a cabo la voluntad del Padre.

 

            Arresto: 26,47-56 La pasión de Jesús es una cadena de sucesivas entregas y el arresto es el primer eslabón de esa cadena. Con él comienza a ponerse en marcha el plan de los jefes del pueblo, aliados con Judas.

            Pero queda bien claro que Jesús acepta voluntariamente su destino de muerte, y que éste responde  al designio de Dios manifestado en las Escrituras (Mt 26,54.546). Es él, y no los que vienen a prenderle, quien domina la situación: da la orden a Judas, impide el uso de la violencia...

            El cuadro se completa con el abandono de los discípulos que cumplen lo predicho por Jesús. Todo tiene el aire de lo conocido y anunciado: no se trata de un plan humano, sino de la voluntad de Dios, que Jesús ha aceptado libremente. Rechaza el uso de la violencia. El camino que ha elegido es el del amor y la misericordia.

 

4. PROCESO JUDIO: 26,57-27,10

 

            Ante el Sanedrín: 26,57-68 Es aquí donde se manifiesta la verdadera identidad de Jesús, cuya valentía contrasta con las negaciones de Pedro (Mt 26,69-75) y con la desesperación de Judas (Mt 27,3-10). Mateo subraya la injusticia que se comete contra Jesús. No es un proceso limpio. Si los líderes han rechazado a Jesús y su enseñanza, lo que pretenden es acabar con él.

            Puede que en el modo de hablar de Mateo esté más presente el enfrentamiento entre la comunidad de Mateo y el judaísmo posterior, que el de Jesús con los judíos de su tiempo.

            En este proceso oscuro Jesús manifiesta abiertamente su identidad: su silencio recuerda la figura del siervo sufriente y en su respuesta al sumo sacerdote se revela quién es Él. Él es, efectivamente el Mesías que esperaba Israel; pero es además el Hijo de Dios.

            El final del proceso está teñido de ironía: el hijo de Dios es acusado de blasfemia, y el Mesías es objeto de una burla cruel.

 

            Negaciones de Pedro: 26,69-75 El relato de las negaciones tiene una gran fuerza expresiva. Los que le rodean le reconocen como discípulo, pero él lo niega ante todos con una fuerza que llega hasta el juramento. Al negar que conoce a Jesús, está negando su condición de discípulo y se está negando a sí mismo. El miedo le ha hecho vacilar. Su fe es débil. No fue capaz de orar con Jesús en Getsemaní.

 

            Llevan a Jesús ante Pilato: 27,1-2 Los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo han decidido matar a Jesús. Para eso tienen que aliarse con los paganos. Así se cumplen las palabras de Jesús (Mt 17,22; 20,18-19) y aparece con claridad que su entrega responde al plan de Dios.

 

            La muerte de Judas: 27,3-10 El cambio de actitud de Judas revela la iniquidad del proceso y la inocencia de Jesús, cuya muerte se inscribe en la lista de los justos inocentes, muertos a manos de su pueblo (Mt 23,35)

            El centro de la escena es el precio de la sangre, pues simboliza la responsabilidad por la muerte de Jesús que nadie quiere aceptar.

            Ambos, Pedro y Judas, han traicionado su vocación de discípulos, pero el final fue radicalmente distinto: arrepentimiento, desesperación.

 

5. PROCESO ROMANO: 27,11-31

 

            Interrogatorio de Pilato: 27,11-14 El proceso ante el procurador romano es en cierto modo paralelo al que Jesús ha sufrido ya ante el consejo judío (interrogatorio, condena, burlas), pero en este segundo aparece con más claridad la inocencia de Jesús y la responsabilidad del pueblo judío.

            Junto a la acusación religiosa: este hombre es un blasfemo (Mt 26,65) o mejor, en lugar de la acusación religiosa, se pone otra de alcance político: este hombre se hace a sí mismo rey. Jesús reconoce que él es rey, pero su reino no se rige por las leyes de la violencia, sino por la voluntad de Dios, que él acepta, como el siervo sufriente.

 

            El pueblo pide la muerte de Jesús: 27,15-26 Terminado el interrogatorio, Pilato intenta dejar libre a Jesús, pero los sumos sacerdotes y los ancianos persuaden al pueblo para que pida su muerte en la cruz.

            Mateo, que escribe para una comunidad enfrentada al judaísmo, ha querido subrayar la inocencia de Jesús y su rechazo por parte del pueblo judío. Ni Judas ni Pilato han querido aceptar la responsabilidad de la muerte de Jesús. Corresponde al pueblo tal responsabilidad y hará con el Hijo lo que hizo con los profetas y hará con los mensajeros del evangelio.

            Los paganos aceptan a Jesús, pero el pueblo de Dios rechaza al Hijo de Dios. Pero ¡nada de antisemitismo! Todo está previsto en el plan misterioso de Dios.

 

            Los soldados se burlan de Jesús: 27,27-31 El proceso ante el consejo judío terminó en la burla llamándole Mesías. Ahora los soldados le llaman rey de los judíos. En ambos casos su burla está teñida de una fina ironía.

            Sus discípulos de todos los tiempos entendemos que es ahora, en el momento de la más profunda humillación, cuando aparece con más claridad que él es el Mesías y el Rey.

 

6. LA MUERTE: 27,32-56

 

            Crucifixión: 27,57-66 El escenario de los acontecimientos ha pasado a las afueras de la ciudad, al Gólgota, donde solían ajusticiar a los condenados.

            A Mateo le interesa más explicar el sentido de los acontecimientos, que narrar los hechos. Todos los hechos se explicaban desde las claves del A.T., con la luz de la resurrección. La mayor explicación venía desde los salmos de lamento (Sal 22, 69, etc) y desde los poemas del siervo sufriente, (sobre todo Is 53). Estos textos hablan del creyente que sufre injustamente y pone su causa en las manos de Dios.

            Es evidente que la muerte de Jesús fue interpretada como el cumplimiento de un misterioso plan de Dios manifestado en las Escrituras. Resiste a todas las burlas y tentaciones, porque en la cruz es donde Jesús da la mejor prueba de su obediencia a Dios.

 

            Muerte: 27,45-56 El momento de la muerte de Jesús es para Mateo el punto culminante de la historia de la salvación. Por eso trata de explicar su significado haciendo continuas referencias al A.T. El grito de Jesús corresponde al comienzo del salmo 22 y todos los cristianos sabemos que su grito desgarrado acaba en una oración confiada.

            La descripción de la muerte es muy breve. Mateo la presenta como un acto de obediencia: Jesús ha aceptado este trance y entrega voluntariamente su espíritu al dueño y señor de la vida.

            La enumeración de los signos que acompañan a la muerte son el tipo de signos que, según los judíos, precederían a la manifestación de Dios al final de los tiempos: sustitución del templo, la conmoción de toda la tierra, la resurrección de los justos.

            Y testigos de todo esto son el centurión con sus soldados y las mujeres. La afirmación del centurión y sus acompañantes expresa la fe de la comunidad de Mateo: Jesús es el Hijo de Dios (Mt 14,33), y lo es precisamente en la cruz, donde su obediencia a la voluntad del Padre ha llegado hasta el extremo. ¿Tiene, por tanto, la muerte la última palabra? Mateo ofrece la  respuesta.

 

7. LA SEPULTURA: 27,57-66

 

            Entierro: 27,57-61 Mateo modifica ligeramente algunos detalles del texto de Marcos con objeto de presentar a José como un discípulo ejemplar, capaz de arriesgar su posición y su fortuna para servir a Jesús. Es el último de los personajes poco importantes, que han sabido acompañar y reconocer a Jesús en el trance de su pasión: la mujer de Betania, la mujer de Pilato, los soldados al pie de la cruz, las mujeres que le habían seguido desde Galilea. Mateo se los propone a su comunidad como un modelo a seguir, en contraste con la actitud cobarde del grupo de los discípulos.

 

            El sepulcro custodiado: 27,62-66 Este episodio se encuentra solo en Mateo y tiene dos interpretaciones: para los cristianos era un signo de que Jesús había resucitado y para los judíos, era fruto de un engaño de los discípulos. Como debía ser motivo de discusión entre la comunidad de Mateo y los judíos de su época, el evangelista trata de explicar el origen del rumor y demostrar su falsedad.

 

8. LA RESURRECCIÓN: 28,1-20

 

            Anuncio de la resurrección: 28,1-10 Ahora, los hechos van a dar la razón a Jesús. La resurrección es el signo de su victoria definitiva sobre la muerte y el horizonte de luz y alegría, desde el que sus discípulos entienden su vida y su muerte.

            La primera escena (Mt 28,1-10) se centra en el hallazgo de la tumba vacía. La manifestación del  ángel está rodeada de fenómenos portentosos.

            El clima de luz y alegría que domina el anuncio de la resurrección ilumina la vida de la iglesia en todos los tiempos, y proporciona a los cristianos una clave nueva para afrontar, desde la esperanza, su existencia.

 

            Soborno de los guardias: 28,11-15 A pesar del testimonio de los guardias, los sumos sacerdotes persisten en su actitud hostil y sobornan a los que han custodiado la tumba para que difundan el rumor de que sus discípulos han robado el cuerpo de Jesús.

            Mateo se fija en este hecho porque su comunidad sufre esta acusación.

 

            Misión universal de los discípulos: 28,16-20 Este pasaje, colocado al final a modo de resumen, es clave para entender bien el resto del evangelio. En él tiene lugar la manifestación de Jesús resucitado, que confía a sus discípulos el encargo de congregar a todos los pueblos y hacerlos discípulos suyos.

            Los discípulos se dirigen a Galilea. Son once. Jesús los cita allí donde Él comenzó su misión, anunciando el reino de Dios con signos y palabras. El encuentro tiene lugar en un monte y Jesús les manifiesta su gloria y les encarga que continúen su misión. En este encuentro final, Jesús acoge y perdona a sus discípulos. Ellos lo reconocen como su único Señor y lo adoran. Es el Señor Resucitado, el Maestro, el Dios-con-nosotros. Este Jesús les encarga la tarea de hacer discípulos a todos los pueblos. Su misión es ahora más universal que la que les había encomendado cuando aún estaba con ellos. La buena noticia debe llegar a todos para que todos puedan experimentar la alegría de vivir en la cercanía de un Dios, que es Padre.

            El encargo de Jesús resume las dos fases de la iniciación cristiana: enseñanza y bautismo.

            No es casual que el evangelio termine con un envío misionero. La iglesia de Jesús es esencialmente una comunidad misionera. Las palabras del Señor resucitado: poneos en camino, la invitan a salir constantemente de sí misma, de sus problemas y preocupaciones domésticas, para abrirse a un nuevo horizonte: el de todos los hombres que no conocen el gozo de sentirse hijos de Dios y hermanos entre sí.