Primer aniversario de Juan Pablo en el cielo

Autor: Elena Baeza Villena

 

 

Hoy, al cumplirse el primer aniversario de su muerte le recuerdo en sus últimas apariciones cuando ya no nos podía dirigir con su voz el mensaje, incluso en el silencio y la mirada nos traspasaba su testimonio de amor.

A pesar de la trágica niñez vivida, heredó un legado de su infancia y juventud, con unos padres profundamente religiosos, donde la oración fiel y la piedad serena, pero intensa sostenían dificultades, enfermedades y penurias económicas. Desde la muerte de su madre cuando aún no tenía 9 años, pasa posteriormente por la muerte de su hermano mayor y cuando tiene 19 pierde repentinamente a su padre. Aquel fundamento y agradecimiento de madre y familia le quedaron como raíces de gratitud y de responsabilidad, de fidelidad y de respuesta, que nos fue transmitiendo desde su nombramiento como obispo de Roma.

Aquellas palabras tan recordadas por todos en el día de su Pontificado al saludar “¡No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo!” fue lo que el vivió y nos transmitió en todo momento. Juan Pablo II fue el primer Papa que supo aprovechar el cambiante mundo de los medios de comunicación masiva. El Papa que llevó directamente a través de sus cientos de viajes la cercanía de la Iglesia a todos los confines del mundo. La manera en que supo sufrir la enfermedad en sus últimos años de vida fue ejemplo para miles de enfermos del planeta.