Las virtudes humanas, han pasado de moda

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Los jóvenes de hoy, como los de las generaciones precedentes, son capaces de
ser generosos y comprometidos con causas que los movilicen, pero la
educación moral de la persona ha ocupado, hasta ahora, un segundo lugar en
las prioridades del conjunto de nuestra sociedad.
Los padres en primer lugar, seguidos de profesores e instituciones
educativas estamos dejando mucho que desear en cuánto al modelo a imitar.
Unos de los problemas más acuciantes que tiene la juventud de hoy son los
programas de televisión, cuando no son series violentas, son insolentes,
eróticas o los turnos de culebrones de chorizos u holgazanes que intentan
ganar dinero a base de difamar, criticar y calumniar al personaje que se
tercie. Y no digo nada, con el comportamiento que muchos de nuestros
políticos utilizan con el insulto y las descalificaciones continúas al
adversario.
Las virtudes humanas han ido poco a poco desvalorizándose. La fidelidad, el
ser sinceros, el orgullo de mantener los principios por encima de las
circunstancias y la conveniencia, eso ya no se lleva, no está de moda.
Esta tarde he leído en un periódico digital que el actor británico Charlie
Cox que será el actor que dará vida a la película "viaje interior" basada en
la vida de San Josemaría Escrivá, ha dicho que al estudiar el papel de este
santo y su relación en el rodaje, ha cambiado su vida en relación con la
Iglesia católica y con Dios, en palabras suyas dice: "he cambiado como
católico".
Hay un refrán que dice ¿Adonde va Vicente?, ¡adonde va la gente! Esto es lo
que ocurre con nuestros jóvenes, hacen lo que ven y lo que les presentamos.
¿Ellos, son culpables en gran parte de sus comportamientos? NO. Es, esta
ciudad consumista y relativista, la que está llevando al fango a nuestros
hijos. Ha llegado la hora de buscarles el norte que los guíe en un camino
que los saque del hastío, aburrimiento y desgana, que sienten de este mundo