La democracia funciona si funciona la conciencia”

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

El Ministro de Justicia responsable de la Libertad Religiosa y de Conciencia ha hecho unas declaraciones bastantes desafortunadas por su parte, diciendo entre otras: “La libertad religiosa debe moverse dentro los límites de una sociedad democrática, y ajustarse a la lógica de esta sociedad”.

“La democracia funciona si funciona la conciencia, y esta conciencia enmudece si no está orientada conforme a valores éticos fundamentales, previos a cualquier determinación, válidos y universales para todos” (J. Ratzinger, Iglesia, ecumenismo y política).

Y, es que este Gobierno, amparándose en un cambio social que está teledirigido por sus terminales culturales y mediáticas, se niega a reconocer que la naturaleza del hecho religioso es pública. La libertad religiosa es un bien que debe ser primariamente protegido y la primera protección comienza por entender y respetar su naturaleza y sus formas de expresión.

En una investigación llevada a cabo por el Servicio de Estudios de la Caixa, titulado “Factores determinantes del rendimiento educativo” revela que los niños que pertenecen a hogares religiosos practicantes o padres agnósticos también obtienen mejores resultados que los que tienen padres ateos y no solamente en conocimientos sino que los análisis muestran como esos niños tienen un mayor grado de sociabilidad.

Aún así que tome nota este Gobierno que quiere apartar a Dios de la vida pública, que siempre habrá una persona comprometida que recuerde que Dios existe y es Amor. Que siempre habrá unos padres y unos maestros que enseñen que sin religión católica los pilares de la sociedad actual se habrían derrumbado hace mucho tiempo.