¡Descansa en paz Antonio!

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Los que frecuentamos la zona de la Alameda Principal , habremos tenido más de una ocasión de ver a “Antonio” un mendigo que siempre estaba sentado en la fachada de un Banco que hay en la esquina con Alameda de Colón. Este hombre llevaba muchos años allí. ¿Por qué? Eso no lo sabemos, todas las personas que recurren a adoptar situaciones de este tipo suelen haber pasado por momentos de no se sabe, porque cada persona reacciona de diferente manera ante problemas o tropiezos que en esta vida puedan tener. Unos con ayuda de Centros que todos sabemos, se rehabilitan, otros no aceptan en sus mentes estar sometidos a un régimen de horario, etc.

Bueno, pues la madrugada del 16 de febrero Antonio, no soportó ya más la fría noche y amaneció muerto. Durante todos estos años, los que hemos pasado, algunos le habremos dado una limosna otros ni tan siquiera eso, pero sobre todo lo más importante que Antonio habría necesitado era, que alguien se parara a hablar con él a escucharle, aunque luego hubiera hecho lo que quisiera, tal vez no lo más conveniente. Yo, soy la primera que nunca me paré a preguntarle ¿que hacía allí? Y Antonio, no tenía mal aspecto, no tenía cara de agresividad, más bien se le veía un hombre humilde.

Al enterarme he rezado por él. ¡Descansa en paz, Antonio! Ahora, si que ya has encontrado, la paz y el descanso, Tu Padre Dios te habrá acogido como nosotros no hemos sabido hacerlo.