¿Si nos tomáramos en serio los deseos de Benedicto?

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

El Papa en vísperas de su viaje a Estados Unidos ha dirigido un vídeo mensaje especial a los ciudadanos de ese país para alentar a los católicos a ser testigos de la esperanza cristiana en medio del mundo moderno. Aunque sólo pasará por Nueva York y Washington, su deseo dice es: “abrazar espiritualmente a todos”.

"Sí, Cristo es el rostro de Dios que se ha aparecido entre nosotros", explica el Papa, que se muestra dispuesto a "compartir" con los católicos americanos "el mensaje evangélico de la esperanza cristiana", que también llevará "a las Naciones Unidas y a los representantes de todos los pueblos del mundo".

"El mundo, de hecho, tiene más necesidad de esperanza que nunca: esperanza de paz, de justicia, de libertad", algo que no se podrá conseguir "sin obedecer a la ley de Dios que Cristo ha llevado a cumplimiento a través del mandamiento del amarnos los unos a los otros", especificó.

"Haced a los demás lo que queréis que os hagan a vosotros, no hagáis lo que no queréis que os hagan". Para Benedicto XVI, ésta es la "regla de oro" que se encuentra en la Biblia pero "que vale para todos, también para los no creyentes", ya que responde a "la ley inscrita en la conciencia humana".

Ya podíamos tomar nota todos y en especial nuestros políticos y gobernantes. Si el fin de la sociedad es la vida lograda, el fin de la política será la solución de los problemas sociales, la construcción de una sociedad a la medida de la dignidad humana.

Un verdadero político se distingue porque busca el interés de las personas, no su propio interés. Un verdadero político es quien persigue la utilidad social, el bienestar, la justicia y la igualdad que los ciudadanos necesitan.