El aborto, la esclavitud de nuestros días

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Nuestra sociedad ha interiorizado la promiscuidad sexual como liberadora y necesita el aborto como última garantía de que el libertinaje sexual no tiene consecuencias. Por eso, en el fondo, nuestra época no quiere ver el aborto como lo que es: una cadena inmesicorde de homicidios, convertida en el negocio y derecho en nombre de una “libertad” sexual a la que no queremos renunciar.

La lucha contra el aborto pasa por la lucha por recuperar una visión responsable de la sexualidad. Cuando pasen unos años, nuestros descendientes mirarán al siglo XX y XXI con asombro y se preguntarán como fuimos capaces de convivir pacíficamente con millones de vidas humanas eliminadas en el seno materno con el beneplácito de las leyes.

Para nuestros días el aborto es como la esclavitud para los antiguos: sin él no podemos concebir nuestro estilo de vida sexualmente irresponsable. Igual que los antiguos no podían concebir una sociedad sin esclavos.