El botellón

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Hoy, leo en la prensa malagueña, que: “ El Puerto sólo quitará la verja del Paseo de los Curas cuando desaparezca el botellón”, respondiéndole la concejala de Juventud, Patricia Navarro, al señor Linde que: “la ubicación del botellón en dicho paseo fue una solución transitoria y provisional, para hacer compatible el derecho a la diversión de los jóvenes con el descanso de los vecinos del casco antiguo”. Aunque también se han dispersado por otros barrios de la ciudad, provocando la denuncia de los vecinos.

Que ocurre que la única diversión de nuestros jóvenes tiene que ser necesariamente “el botellón”. Una sociedad donde los valores vienen establecidos en virtud de lo que los medios de comunicación emiten y cuyos mensajes son “el que consumas para ser feliz, que no te esfuerces, ni hagas méritos para conseguir lo que anhelan, porque tienen derecho a todo sin deberes de nada”.

Gran parte de la juventud no encuentra el sentido justo de su propia vida, quizás porque nadie ha sido capaz de transmitírselo con razonable y apasionada certeza. Estos hechos desvelan una crisis de enormes proporciones, ligada a la erosión del tejido moral y cultural de nuestra sociedad, que está demandando una regeneración urgente.

A nuestros jóvenes les resulta difícil descubrir las razones que explican por qué los seres humanos somos sujetos de la misma dignidad o por qué la solidaridad es un deber moral y no un sentimiento vacío de compromiso, mientras que esto no se les enseñe, seguirán como borregos consumiendo alcohol, drogas, seguirán las peleas, los enfrentamientos y, sobre todo estarán toda la semana esperando para divertirse, buscando el vacío de los días anteriores. Y, seguirán acudiendo a ponerse alegres, que no es lo mismo que “estar alegres”.