Ninguna fe puede imponerse a las leyes

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

El presidente del Gobierno, en su habitual mitin de los domingos, ha vuelto a prometer el oro y el moro, ahora en forma de políticas de vivienda, aunque cabe esperar de las medidas que adopte el mismo tipo de derroche inútil que con su política de familia y los 2.500 euros. No obstante, lo más notable de su discurso ha sido su nueva y patética defensa de la asignatura de Educación para la Ciudadanía, que demuestra a las claras que o bien no ha entendido las críticas que se le hacen o bien, comprendiéndolas perfectamente, ha optado por no contestarlas pues sabe que carece de argumentos para hacerlo. "Ninguna fe puede imponerse en las leyes", ha asegurado Zapatero. Exactamente por eso, miles de personas han presentado ya su objeción de conciencia ante la asignatura, porque no quieren que la ley obligue a sus niños a adoptar el credo progresista. Precisamente por lo que dice Zapatero, porque ninguna fe puede imponerse a las leyes, no puede imponerse la fe del relativismo o de la ideología de género, contenida en la Educación para la Ciudadanía, en contra de las leyes que reconocen la libertad de educar a los padres. Zapatero aseguró que “España es un Estado aconfesional y sus principios laicos garantizan el pluralismo”.

Monseñor Ricardo Blázquez en relación a la polémica asignatura le ha respondido a Zapatero que: “La fe no se impone” sino que “se propone” y también le ha recordado que: “está muy de acuerdo” con la declaración de la Constitución española de que el Estado “es aconfesional” y por ello dice: “el Estado es aconfesional para que creyentes y no creyentes, de una religión y de otra, podamos desarrollar la libertad religiosa a la que tenemos derecho”.