Manifestación de fe

Autor: Elena Baeza Villena 

 

 

Esta mañana, he tenido la suerte de presenciar a través de Televisión Popular, la procesión del Corpus Christi que retransmitían desde Toledo. Que algarabía, por todo el recorrido que ha durado casi dos horas, sus calles, balcones, la gente, todos engalanados, con un fervor, respeto y adoración, acompañando a Jesús Sacramentado. El repique de campanas y las palmas anunciando que el Señor llegaba. El Dios verdadero, el resucitado, el que se hace presente en la Sagrada Eucaristía , que pasaba hoy, por las calles de Toledo y de muchas ciudades y pueblos de nuestra geografía. Y no es para menos, si el Rey anuncia la visita a un determinado lugar, el pueblo le recibe con todo lo mejor que tiene en medio de un ambiente festivo, como nó recibir al Señor que nos visita.

Ha sido, una manifestación de fe y de amor, porque Dios ha salido a la calle y la calle ha salido a ver a Dios, como hacia aquel pueblo sencillo que, lleno de alegría iba detrás del Maestro en los días de su vida en la tierra, manifestándole con naturalidad sus múltiples necesidades y dolencias; también la dicha y el gozo de estar con Él.

Hoy, ha sido un día de acción de gracias y de alegría porque el Señor se ha querido quedar con nosotros para alimentarnos, para fortalecernos, para que nunca nos sintamos solos. Si alguien preguntara al oír el rumor de las gentes: ¿Qué es? ¿Qué ocurre?, podíamos contestar con las mismas palabras que le dijeron a Bartimeo: es Jesús de Nazaret que pasa. Es Él mismo, que recorre, hoy, las calles de nuestras ciudades.

Ese pasar de Jesús, nos debe traer a la memoria que debemos descubrirlo también en nuestro quehacer diario. Jesús vino al mundo , no para ser Rey, sino para servir y hacer el bien. ¿Y nosotros, si somos sus amigos y seguidores, y que creemos en Él, que hacemos?