Para combatir la pobreza

Autor: Elena Baeza Villena 

 

Ngarariga y Riara son dos aldeas del distrito de Kiambú en Kenia. El terreno es favorable al cultivo del café y a los plantíos de té, cuya colecta representa la principal fuente de ingresos en estas zonas de África. Muchos keniatas van a Kiambú en busca de trabajo, pero el resto del año las posibilidades disminuyen y durante más de seis meses muchos no pueden contar con ningún medio de subsistencia.

En las colinas del Nogng viven los masai, pastores nómadas. Por su estilo de vida tienen dificultad en recibir educación, especialmente –como siempre- las mujeres. A los quince años, sin haber tenido tiempo para formarse, ni para aprender una profesión, las chicas son ofrecidas en matrimonio a cambio de ganado.

En el 2003, con el fin de ayudar a estas mujeres la Fundación Kianda puso en marcha el proyecto TOT (Training of Trainers: formadoras de formadoras). Consiste en preparar a algunos jóvenes que realizan estudios universitarios, para que, a su vez, enseñen a las mujeres del mundo rural como iniciar un pequeño negocio.

Hasta ahora, gracias a la colaboración de 73 estudiantes universitarias, se han beneficiado de este programa 512 mujeres entre 25 y 60 años e incluso más, porque a veces también se apuntan a los cursos mujeres mayores de 60 años, cuyos hijos han muerto a causa del Sida, y por tanto, deben ganar para poder sustentar a los nietos.

Las primeras lecciones que las jóvenes universitarias imparten conciernen a las "Costumbres de vida", es decir, como lograr ser personas educadas, honestas, limpias, serviciales. Alquilan burros de transporte, administran tiendas de peluquería o comestibles, de fruta, talleres de costura y casas de moda o de cosmética, tiendas de tejidos… Así es, como se les enseña a poner en marcha un negocio: programarlo, anunciarlo, garantizar su continuidad, etcétera. Y cuando las alumnas han elegido una actividad, Kianda les ayuda a iniciar la micro-empresa, gracias a una subvención de la Unión Europea.

Son más de quinientas las mujeres de Kenia que han puesto en marcha un pequeño comercio y se han formado gracias a esta Fundación, que se inspira en las enseñanzas del Fundador del Opus Dei, san Josemaría Escrivá.

Como verán nada de lo humano, es ajeno a los que apuestan por una vida de entrega a Dios.