El cine da de qué hablar
Autor: Adolfo Güémez

Fuente: Buenas Noticias

 

El panorama del cine americano parece estar cambiando. El viraje, como el de un portaaviones, será lento. Pero hay signos que presagian que el timón se está moviendo. He aquí el elenco de unos cuantos. 

Los números hablan por sí solos 
Según informa la revista Movieguide, entre 2001 y 2003, más del 60% de las películas que más dinero han ganado tenían planteamientos positivos. Buscando a Nemo, El Señor de los Anillos, Spider-Man, entre otras, llegaron a recaudar entre dos y cinco veces más que películas con una visión negativa de la vida. 

Por otro lado, la recaudación media de las películas sin desnudos fue de 34.6 millones de dólares. Mientras tanto, la de aquellas que incluían al menos algún desnudo, apenas asciende a 11.8 millones. 

Aquí, como en todo negocio, los números hablan por sí solos y los clientes terminarán por imponer su voluntad. 

Un cambio desde las raíces 
Otro ejemplo lo encontramos en la escuela de guionistas «Act One». 

Situada en el corazón mismo de Hollywood, busca no sólo adiestrar, sino también educar y formar profesionales con sólidos principios. En cinco años, ha preparado a más de 300 alumnos. Su éxito ha sido tal, que la CNN o periódicos como «Los Angeles Times», la sitúan entre las academias más prestigiosas de Hollywood. 

Barbara Nicolosi, su directora, afirma que el secreto está en fomentar «la espiritualidad del artista, la ética del arte y de la industria del cine, además de todo aquello que pueda ayudar a desarrollar al ser humano y no a embrutecerlo». 

Un pequeño gigante esfuerzo 
Philip Anschutz también ha puesto su mano en el timón. Multimillonario y cofundador de Qwest Communications International Inc., Anschutz tiene la inquietud de “limpiar” el mundo de las películas. Para ello ha invertido ya más de 300 millones de dólares en proyectos cinematográficos. 

Entre sus iniciativas se encuentra la productora Walden Media, los filmes Holes o La vuelta al mundo en 80 días, y muchos otros proyectos ya encauzados, como la puesta en pantalla del célebre libro de C. S. Lewis, Las Crónicas de Narnia. 

La aventura de Anschutz no ha sido fácil. Incursionar en el mundo del cine siempre conlleva un riesgo. Sin embargo él sólo quiere una cosa: hacer películas optimistas y dirigidas a toda la familia.