Vacaciones aderezadas

Autor: Juan Antonio Ruiz, L.C.

Fuente: Buenas Noticias

 

 

¿En qué piensas cuando escuchas la palabra “vacaciones”? ¿Caminar en la playa, con el mar mojándote los pies y tomando la mano de un ser querido? ¿O una expedición a una montaña, en bicicleta y observando el paisaje? ¿Tal vez eres más pacífico, y sólo piensas en visitas a museos, un buen libro y una taza de café? O, como buen joven, ¿significa discotecas, pasarla con los amigos a tope?

Para María Guadalupe Represas, según aparece en un artículo publicado en la página web del Regnum Christi, las vacaciones son sinónimo de apostolado. Así lo explica ella: «Nuestra experiencia en vacaciones ha sido llevar imágenes de la santísima Virgen de Guadalupe con nosotros y repartirlas por donde andamos: hoteles, restaurantes, gasolineras, centros comerciales, etc. Por todos lados».

Sin ningún tipo de barreras o de respetos humanos, han ido dejando sus boletines y postales en todos los países en donde han estado: en México, en Estados Unidos, en Francia, en Rusia, … 

«Una amiga se fue a Sudáfrica -nos sigue contando María Guadalupe- y el último día le preguntó a la guía si era católica, a lo que le respondió que sí. Le obsequió la imagen y se emocionó. Le dijo que estaba a punto de divorciarse y que esa misma mañana ella le había pedido a la Virgen una señal para que no se divorciara, porque ya estaba decidida, y entonces le llegó la imagen».

Esto no significa que no se lo pasen bien: ¡todo lo contrario! Pero este plus, este pequeño gesto dice mucho de estas almas. Dan otro toque a las vacaciones que, nos sigue diciendo nuestra apóstol, «con la Virgen tienen otro sabor. Se ha vuelto costumbre poco a poco, entre varias familias salir de viaje llevando imágenes. Los testimonios son muchos y muy variados, podría contarles más…».

He leído hace poco una frase de François Mauriat que me ha dado mucho qué pensar en estos días: «Si vosotros no ardéis de amor, habrá mucha gente que morirá de frío». Y ¡qué fácil es dar el calor, si de verdad nos lo proponemos! Basta un poco de iniciativa, de fe y de amor. Con este aderezo, daremos más “sabor” a nuestra vida.

En un mundo en el que el cristianismo parece enfriarse, hechos tan simples, pero tan grandes, como el de María Guadalupe y su familia, nos lanzan un desafío: ¿valoras tu fe? ¿Hasta el punto de transmitirla casi por inercia? La respuesta auténtica está ahí latente: basta llevar a Dios y a María con nosotros a todas partes, incluso a las vacaciones.

Y ahora, ¿en qué piensas cuando escuchas la palabra “vacaciones”?