Liturgia Viva - 18

Autor: Padre Antonio Sanz cmf   

 

 

Liturgia de la Palabra

PROFESIÓN DE FE 

Una vez escuchada la Palabra del Señor (evangelio)  y el comentario actualizador (homilía), la asamblea responde proclamando la fe mediante lo que llamamos CREDO o SÍMBOLO.

¿Por qué se llama símbolo? (respondemos, no sólo por curiosidad, sino para mejor comprensión)

La palabra “símbolo” procede del griego symballein  designaba un objeto que dividido en dos partes se entregaban a dos poseedores; si al ponerlas juntas se complementaban era señal de que pertenecían a una misma realidad (una misma raza o familia, o religión...). Cada mitad conservada era un símbolo o signo de pertenencia.

El Credo es la parte que cada comunidad, cada cristiano, puede presentar como “símbolo distintivo” de pertenencia a la Iglesia. Ningún cristiano puede afirmar que posee toda la fe, pero al expresar nuestra fe personal nos sentimos en comunión con todos los hermanos de la Iglesia universal.

Nació para ser proclamado en el Bautismo, pero ya en el siglo XI se incorporó a la Eucaristía.

Usamos tres fórmulas:

- Símbolo apostólico (breve)

- Símbolo Niceno-Constantinopolitano (largo. El más común)

- Profesión dialogada (como se hace en el Bautismo)

Para enriquecimiento de los fieles conviene variar en la Misa en el uso de las tres fórmulas.

Aunque su antigüedad y elaboración se hacen difíciles hoy día, encierran una riqueza dogmática extraordinaria. Será conveniente alguna vez explicar al pueblo el sentido y el alcance de esta proclamación que nos identifica como miembros de la Iglesia.

Gracias por haber leído este mensaje.

Antonio Sanz, cmf


 

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