Liturgia Viva - 12

Autor: Padre Antonio Sanz cmf  

 

Liturgia de la Palabra

EL EVANGELIO

Un no cristiano puede quedar sorprendido de tantísima veneración como los católicos tenemos al Evangelio.

¿Pero, en la realidad es así?

Para nosotros nunca debería ser rutina

1. Ya en la misma procesión de entrada el diácono lleva en alto el libro con el que se proclamará el Evangelio.

2. Se lee en último lugar de las lecturas como culmen que es de la Litugia de la Palabra.

3. Se le hace preceder de un canto jubiloso entonado de pie por toda la asamblea: el Aleluya (que hemos visto

      la semana pasada).

4. La proclamación queda reservada sólo a un ministro ordenado (diácono o presbítero).

5. El Diácono o Presbítero se prepara con una oración hecha en profunda inclinación en la que pide purificación de sus labios para proclamar dignamente el Santo Evangelio.

6. Se reserva para él un libro, llamado Evangeliario, que se posa sobre el altar al inicio.

7. Se lleva el Evangeliario procesionalmente desde el altar hasta el ambón, acompañado de 2 cirios e incienso.

8. La proclamación viene precedida del saludo litúrgico a la asamblea que ya espera de pie.

9. El ministro signa el libro con una cruz y luego a sí mismo con la cruz sobre la frente, los labios y el pecho.

10. Terminada la lectura, o el canto, se besa el libro.

      Si ha leído un Diácono, o un Presbítero, en celebración presidida por el Obispo llevan el libro al presidente para que lo bese.

11. La conclusión es especial : “Palabra del Señor”.

12. La asamblea, antes de iniciar la escucha se hace el signo de la cruz.

13. Diácono (o sacerdote) y asamblea mantienen un diálogo previo a la proclamación (escucha) del Evangelio

14. La asamblea hace una especialísima aclamación a Jesucristo Dios: ¡Gloria a ti, Señor Jesús!

15. La asamblea escucha el Evangelio estando de pie.

16. Cada uno de la asamblea lo escucha girándose para orientarse hacia el lector (muchos lo desconocen).

Gracias por haber leído este mensaje.

Antonio Sanz, cmf


 

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